Página 141 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

Victoria a través de la vigilancia, 6 de mayo
Velad y orad, para que no entréis en tentación.
Marcos 14:38
.
Las tentaciones pueden rodearnos, pero estaremos a salvo mientras no
caigamos en ellas. Muchos de nosotros somos vencidos por Satanás porque
caminamos en derechura hacia la tentación. ... Es nuestro deber mantenernos
alejados de cada persona y de cada cosa que tienda a conducirnos lejos
del deber y a separar nuestra mente de Dios. ... Si nos vemos obligados a
frecuentar la sociedad de aquellos que están en el mal, no por eso estamos
obligados a entrar a enredarnos en su mal. Mediante la oración y la vigilancia,
podemos permanecer incontaminados por las manifestaciones malignas que
hay a nuestro alrededor.—
Carta 16, 1867
.
“Velad y orad” es una orden que a menudo se repite en las Escrituras. En
las vidas de aquellos que obedecen esta orden, habrá una corriente interna de
felicidad que bendecirá a todo aquel que entre en contacto con ella. Aquellos
que están amargados y que tienen una mala disposición de ánimo se suavizarán
y serán dóciles. Aquellos que son orgullosos, serán mansos y humildes.—
Manuscrito 42, 1904, pp. 5
.
Un hombre no puede ser un cristiano feliz a menos que sea un cristiano
vigilante. El que desee vencer debe vigilar, porque Satanás, mediante com-
plicaciones mundanas, errores y supersticiones, se esfuerza por ganar a los
seguidores de Cristo para él, y de mantener sus mentes ocupadas en sus
artificios. No es suficiente que evitemos peligros evidentes y movimientos
peligrosos e inconsecuentes. Debemos mantenernos cerca del lado de Cristo,
andando en la senda de la abnegación y del sacrificio. No debemos permitir
que nuestras percepciones espirituales sean cegadas, como a menudo lo son,
por una voluntad fuerte y decidida. Y debemos tener la gracia de Cristo y
su Espíritu a fin de detectar los artificios de Satanás y soportar sus ataques
inesperados. ...
La Palabra de Dios nos advierte que tenemos muchos enemigos, no confe-
sados y abiertos sino enemigos que vienen con palabras suaves y hermosos
discursos, y que engañarán si es posible a los mismos escogidos. Así viene
Satanás. Y sin embargo, cuando conviene a sus propósitos, aparece como león
rugiente, buscando a quien devorar. La voluntad del hombre, a menos que se
mantenga en sujeción a la voluntad de Dios, estará tan pronto del lado del
enemigo como del lado del Señor. Por lo tanto, velemos en oración; velemos
y oremos siempre.—
Carta 5, 1903, pp. 5, 6
.
[135]
137