Página 143 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Aguardad la respuesta de Dios, 8 de mayo
Bueno es esperar callando en la salud de Jehová.
Lamentaciones 3:26
.
En las Escrituras hay preciosas promesas para aquellos que esperan en
el Señor. Todos deseamos respuesta inmediata a nuestras oraciones, y nos
sentimos tentados a desanimarnos si éstas no son contestadas inmediatamente.
Mi experiencia me ha enseñado que esto es un gran error. La demora es para
nuestro beneficio especial. Nuestra fe tiene oportunidad de ser probada para
ver si es verdadera, sincera o inestable como las olas del mar. Debiéramos
atarnos sobre el altar con las fuertes cuerdas de la fe y del amor, y dejar
que la paciencia haga su obra perfecta. La fe se fortalece por el ejercicio
continuo.—
Carta 37, 1892
.
Debemos orar más y hacerlo con fe. No debemos orar y luego escapar
como temerosos de recibir una respuesta. Dios no se burlará de nosotros.
El contestará si velamos en oración, si creemos que recibiremos las cosas
que hemos pedido, y seguimos creyendo sin perder la paciencia ni dejar de
creer. Esto es velar en oración. Vigilemos la oración de fe con expectación y
esperanza. Debemos rodearla de seguridad y no perder la fe, sino creer. La
oración de fe del justo nunca se pierde. Puede ser que la respuesta no sea
de acuerdo con lo que se ha esperado, pero seguramente vendrá, porque la
palabra de Dios está empeñada.—
Carta 26, 1880, pp. 4
.
Necesitamos esperar serenamente en Dios. Esto es una necesidad impe-
riosa. No es el ruido y la actividad que hacemos en el mundo, lo que prueba
nuestra utilidad. ¡Ved cuán silenciosamente trabaja Dios! ... Aquellos que
deseen trabajar con Dios tienen necesidad de recibir su Espíritu cada día.
Necesitan andar y trabajar con humildad y mansedumbre de espíritu, sin tratar
de realizar cosas extraordinarias, satisfechos de hacer el trabajo que tienen
delante y de hacerlo fielmente. Puede ser que los hombres no vean ni aprecien
sus esfuerzos, pero los nombres de estos fieles hijos de Dios están escritos
en el cielo entre los obreros más nobles, mientras esparcen su semilla con la
esperanza de obtener una gloriosa cosecha.—
Manuscrito 24, 1887
.
Esperad en el Señor, no con molesta ansiedad, sino con una fe impávida y
una confianza inconmovible.—
Carta 66, 1901, pp. 7
.
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