Página 159 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El principal don de Cristo, 24 de mayo
Empero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo vaya: porque si yo
no fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si yo fuere, os le
enviaré.
Juan 16:7
.
Cristo declaró que después de su ascensión él enviaría a su iglesia, como
su don máximo, al Consolador, quien ocuparía su lugar. Este Consolador es el
Espíritu Santo—el alma de su vida, la eficacia de su iglesia, la luz y la vida
del mundo. ...
En el don del Espíritu, Jesús le dió al hombre el mayor bien que el cielo
podía derramar. ... Es el Espíritu el que hace efectivo lo que ha sido hecho
por el Redentor del mundo. El corazón es hecho puro mediante el Espíritu.
Mediante el Espíritu el creyente llega a ser participante de la naturaleza divina.
Cristo ha dado su Espíritu como un poder divino, para vencer toda tendencia al
mal, heredada o cultivada, y para imprimir su propio carácter sobre la iglesia.
... Es el privilegio de cada hijo e hija de Dios tener en ellos la morada del
Espíritu.—
The Review and Herald, 19 de mayo de 1904
.
Que cada miembro de la iglesia se arrodille delante de Dios y ore since-
ramente por el impartimiento del Espíritu. Exclamad: “Señor, aumenta mi
fe. Haz que comprenda tu palabra, porque la comprensión de tu palabra pro-
porciona luz. Refréscame mediante tu presencia. Llena mi corazón con tu
Espíritu”. ...
Cuando una persona es llena del Espíritu, cuanto más severamente sea
probada, tanto más claramente demostrará que es un representante de Cristo.
La paz que mora en el alma se refleja en su rostro. Las palabras y las acciones
expresan el amor del Salvador. ... Renuncia al yo. El nombre de Jesús está
escrito en todo lo que dice y lo que hace.
Podemos hablar de las bendiciones del Espíritu Santo, pero a menos que
nos preparemos para recibirlo, ¿de qué valdrán nuestras obras? ¿Nos estamos
esforzando con toda nuestra capacidad para alcanzar la estatura de hombres y
mujeres en Cristo? ¿Estamos buscando su plenitud, siempre adelantando hacia
la marca establecida para nosotros—la perfección de su carácter? Cuando el
pueblo de Dios alcance esta marca, será sellado en sus frentes. Llenos del Es-
píritu, estarán completos en Cristo, y el ángel anotador declarará: “Consumado
es”.—
The Review and Herald, 10 de junio de 1902
.
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