Página 162 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

Basic HTML Version

La entrega al dominio del espíritu, 27 de mayo
Porque si viviereis conforme a la carne, moriréis; mas si por el espíritu
mortificáis las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son
guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
Romanos
8:13, 14
.
La voluntad del hombre es agresiva, y constantemente se esfuerza por
someter todas las cosas a sus designios. Si se alista al lado de Dios y del bien,
los frutos del Espíritu aparecerán en la vida, y Dios ha señalado gloria, honra
y paz a cada persona que obra el bien.
Cuando se permite que Satanás moldeé la voluntad, él la utiliza para
cumplir sus fines. ... Estimula las propensiones al mal, despierta las pasiones
y las ambiciones impías. El dice: “Yo te daré todo este poder, estos honores,
riquezas y placeres pecaminosos”; pero, pone por condición la entrega de la
integridad y el embotamiento de la conciencia. Así degrada las facultades
humanas, y las pone en cautividad para obrar el mal.—
The Review and Herald,
25 de agosto de 1896
.
Pero Dios siempre procura impresionar nuestros corazones con el Espíritu
Santo, para que seamos convencidos de pecado, de la justicia y del juicio por
venir. Podemos poner nuestra voluntad del lado de la voluntad de Dios, y en su
fortaleza y gracia resistir las tentaciones del enemigo. Cuando nos entregamos
a las influencias del Espíritu de Dios, nuestra conciencia se hace tierna y
sensible, y el pecado que habíamos pasado sin dedicarle mucha atención, se
torna excesivamente pecaminoso.—
The Signs of the Times, 4 de septiembre
de 1893, pp. 679
.
Dios pide a los hombres que se opongan a los poderes del mal. El dice:
“No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, para que le obedezcáis en
sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado por
instrumentos de iniquidad; antes presentaos a Dios como vivos de los muertos,
y vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia”.
Romanos 6:12, 13
.
...
En este conflicto de la justicia contra la injusticia, podemos tener éxito
únicamente mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe someterse
a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la voluntad divina.
Esto nos proporcionará la ayuda del Espíritu Santo, y cada conquista ayudará
a recuperar la posesión adquirida por Dios, a restaurar su imagen en el alma.—
The Review and Herald, 25 de agosto de 1896
.
[156]
158