Página 163 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Revelador de la gracia de Cristo, 28 de mayo
Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará a toda
verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que
oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.
Juan 16:13
.
Se ha dicho del Consolador: “El os guiará a toda verdad”. Cristo, mediante
el Espíritu Santo, expondrá con más claridad ante quienes creen en él, lo que
ha inspirado a hombres santos a escribir acerca de la verdad.—
The Review
and Herald, 12 de abril de 1892, pp. 226
.
Cristo dijo acerca del Espíritu: “El me glorificará”.
Juan 16:14
. Así como
Cristo glorificó al Padre por la demostración de su amor, así el Espíritu habría
de glorificar a Cristo revelando al mundo las riquezas de su gracia. La misma
imagen de Dios debe ser reproducida en la humanidad. El honor de Dios, el
honor de Cristo, está implicado en la perfección del carácter de su pueblo. ...
El Espíritu obra en nosotros trayendo a menudo a la mente y en forma
vívida las preciosas verdades del plan de redención. Olvidaríamos esas ver-
dades y las ricas promesas de Dios perderían para nosotros su eficacia, si
no fuera por el Espíritu, que toma las cosas de Dios y nos las muestra. ... El
Espíritu ilumina nuestras tinieblas, informa nuestra ignorancia, y nos ayuda
en nuestras múltiples necesidades. Pero la mente debe buscar a Dios en forma
constante. Si se permite que la mundanalidad entre en ella, si no tenemos
deseos de orar, ni deseos de estar en comunión con él, quien es la fuente de la
fortaleza y la sabiduría, el Espíritu no permanecerá en nosotros. Los incrédulos
no reciben la rica dotación de gracia que los haría sabios para la salvación,
pacientes, perdonadores, rápidos para percibir y apreciar las ministraciones
celestiales, prontos en discernir las trampas de Satanás, y fuertes para resistir
el pecado. Dios no puede realizar su obra poderosa en favor de ellos porque
son incrédulos.—
The Review and Herald, 19 de mayo de 1904
.
La religión de Cristo significa más que el perdón del pecado; significa que
el pecado es quitado y que el vacío es llenado con el Espíritu. Significa que la
mente es divinamente iluminada, que el corazón es vaciado del yo, y llenado
con la presencia de Cristo. Cuando esta obra sea realizada por los miembros
de la iglesia, la iglesia será una iglesia viva y activa.—
The Review and Herald,
10 de junio de 1902
.
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