Página 241 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Los beneficios del orden y la regularidad, 10 de agosto
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que
os es dada en Cristo Jesús; que en todas las cosas sois enriquecidos en
él, en toda lengua y en toda ciencia.
1 Corintios 1:4, 5
.
Hay necesidad de cultivar toda gracia que Jesús ... ha puesto a nuestro
alcance; porque únicamente esa gracia puede remediar nuestros defectos;
solamente Cristo puede transformar el carácter. Y Dios quiere que manifes-
temos esta gracia, tan ricamente provista, tanto en las cosas pequeñas como
en las grandes de la vida. ... Nuestro Dios es un Dios de orden, y él desea
que sus hijos quieran ponerse en orden bajo su disciplina. ... Si los jóvenes
forman hábitos de regularidad y orden, mejorarán en salud, en disposición, en
memoria y en estado de ánimo. ...
Es el deber de todos observar estrictamente ciertas reglas en los hábitos de
vida. Esto es para vuestro propio bien, queridos jóvenes, tanto psíquica como
moralmente. Cuando os levantáis en la mañana, tomad en consideración, hasta
donde sea posible, la obra que debéis realizar durante el día. Si es necesario,
tened una libretita para anotar las cosas que debéis hacer, y disponed un tiempo
para hacer vuestra obra. ... Los hábitos lentos y dilatorios hacen que una cosa
pequeña se realice con mucho trabajo. Pero si queréis, podéis vencer estos
hábitos de lentitud y desorden. El ejercicio de la fuerza de voluntad hará que
las manos se muevan diestramente. ...
Estas cosas han sido consideradas como cosas pequeñas y casi indignas de
tenerse en cuenta. Pero muchos están engañados acerca de la importancia de
estas cosas pequeñas. Se preocupan mucho del gran todo. Dios no considera
sin importancia ninguna cosa que pertenezca al bienestar de la familia humana.
El dió a su Hijo unigénito, para el cuerpo tanto como para el alma, y todo
debe consagrarse a él. ... Puede introducirse una gran verdad en las cosas
pequeñas; la religión práctica debe llevarse a los deberes humildes de la vida
cotidiana. Y en el cumplimiento de estos deberes estáis formando caracteres
que deberán soportar la prueba del juicio. Entonces, en cualquier posición que
se os coloque, cualesquiera sean vuestros deberes, hacedlos noble y fielmen-
te, comprendiendo que todo el cielo contempla vuestra obra.—
The Youth’s
Instructor, 28 de enero de 1897, pp. 25, 26
.
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