Página 242 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Pequeñas grandes cosas, 11 de agosto
Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas:
pues que nuestras viñas están en cierne.
Cantares 2:15
.
Dios quiere que obremos correctamente en los asuntos de importancia, y
también nos dice que la fidelidad en las cosas pequeñas nos capacitará para
ocupar posiciones de confianza. ...
Las buenas cualidades que muchos poseen están ocultas, y en lugar de
atraer las almas a Cristo, las repelen. Si estas personas pudieran ver la influen-
cia de sus modales descorteses y expresiones descomedidas manifestadas ante
los incrédulos, y pudieran comprender cuán ofensiva es esta conducta ante la
vista de Dios, reformarían sus hábitos, porque la falta de cortesía es una de las
piedras de tropiezo más grandes para los pecadores. Los cristianos egoístas,
quejosos y amargados entorpecen el camino para que los pecadores no se
interesen en acercarse a Cristo.
Si pudiéramos ver debajo de la superficie de las cosas veríamos que la
mitad de las desgracias de la vida se deben al enojo y a las palabras descome-
didas, que podrían haberse evitado. Muchos traen el infierno a la tierra para sí
mismos y para quienes deberían confortar y bendecir. Estas personas no son
dignas de llevar el nombre de cristianos. ...
Algunas personas hablan en una forma dura y descortés, que hiere los
sentimientos de los demás, y luego se justifican diciendo: “Ese es mi modo de
ser; siempre digo lo que pienso”; y exaltan este mal rasgo de carácter como una
virtud. Debiera reprocharse firmemente su comportamiento descortés.—
The
Review and Herald, 1 de septiembre de 1885
.
Esa palabra sin bondad debió dejarse sin pronunciar; esa desconsideración
egoísta por la felicidad de otros, debería ceder el lugar a la simpatía y a la
preocupación. La verdadera cortesía, unida con la verdad y la justicia, harán
que la vida sea no sólo útil sino también fragante. ...
La integridad, la justicia y la bondad cristianas unidas, constituyen una
hermosa combinación. La cortesía es una de las gracias del espíritu. Es un
atributo del cielo. Los ángeles del cielo nunca se apasionan. Nunca son envi-
diosos, egoístas y celosos. Ninguna palabra dura o carente de verdad sale de
sus labios. Y si hemos de ser los compañeros de los ángeles, nosotros también
debemos ser refinados y corteses.—
Ibid
.
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