Página 267 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Los grandes depósitos de Dios, 4 de septiembre
Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, y desde
el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.
Salmos 90:2
.
Nuestro Padre celestial nos ha proporcionado señales de grandeza y ma-
jestad. Esto es especialmente así, en un grado maravilloso, en estas regiones
montañosa
. ... El variado escenario de los altos montes y las eminencias
rocosas, las profundas gargantas con sus corrientes rápidas y ruidosas que
proceden de las alturas, ... las aguas que se deshacen al chocar contra las
rocas y que se esparcen como un velo, hacen que este escenario sea de una
hermosura y grandeza incomparables. ...
Las montañas contienen tesoros de bendición que el Creador derrama
sobre los habitantes de la tierra. Es la diversidad en la superficie de la tierra, en
las montañas, los valles, las llanuras, lo que revela la sabiduría y el poder del
gran Artista Maestro. Y aquellos que pasan por alto las rocas y las montañas,
las gargantas salvajes y las ruidosas y raudas corrientes y los precipicios,
tienen sus sentidos ... demasiado limitados para comprender la majestad de
Dios. ...
Dios, el gran Arquitecto, ha edificado estas grandes montañas, y su in-
fluencia sobre el clima es una bendición para nuestro mundo. Atraen de las
nubes una humedad enriquecedora. Las cadenas montañosas son los grandes
depósitos de Dios, para proveer al océano con su agua. Estas son las fuentes
de las corrientes, los riachos y arroyos tanto como de los ríos. Reciben en
forma de nieve y de lluvia los vapores con los cuales está cargada la atmósfera
y los trasladan a los valles que se ven en el fondo.
Debiéramos considerar las montañas irregulares de la tierra como los
depósitos de bendiciones de los cuales fluyen las aguas para surtir a todas las
criaturas vivientes. Cada vez que miro las montañas siento gratitud hacia Dios.
...
Todo lo que nos rodea nos enseña día a día lecciones del amor de nuestro
Padre y de su poder, y de sus leyes que gobiernan la naturaleza y que están
en el fundamento de todo gobierno del cielo y de la tierra.—
Manuscrito 62,
1886
.
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scrito en Europa
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