Página 274 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Las gracias aumentan por el ejercicio, 11 de septiembre
Mostrándote en todo por ejemplo de buenas obras; en doctrina
haciendo ver integridad, gravedad, palaba sana, e irreprensible; que el
adversario se avergüence, no teniendo mal ninguno que decir de
vosotros.
Tito 2:7, 8
.
Un cristiano saludable y en crecimiento no será un receptor pasivo entre
sus compañeros. Debe dar tanto como recibir. Nuestras gracias aumentan
mediante el ejercicio. La sociedad cristiana nos proporcionará aire puro para
respirar, y al respirarlo debemos ser activos. La obra cristiana realizada, las
simpatías, el ánimo y las instrucciones dados por nosotros a aquellos que los
necesitan; la abnegación, el amor, la paciencia y el aguante que son necesarios,
ejercitados en la obra cristiana, crearán en nosotros fe, obediencia, esperanza
y amor a Dios. ... Es esencial para los músculos y la fortaleza espiritual que el
alma tenga ejercicio. Debe hacerse una obra desplegando actividad espiritual
en el aprovechamiento de las oportunidades para hacer el bien. ... Cuanto más
fiel sea una persona en el cumplimiento de sus deberes cristianos, tanto más
vigor desarrollará. ...
La debilidad y la vacilación nunca harán respetable la profesión cristiana.
No es posible alcanzar a los hombres donde se encuentran y elevarlos a menos
que se inspire algo de confianza en ellos por vuestra sinceridad y piedad.
Nunca podréis alcanzarlos descendiendo de la plataforma de la verdad y de la
reforma, sino trayéndolos encima de esta plataforma que la Palabra de Dios
ha provisto para vosotros. Si los hombres que se oponen a nuestra fe ven que
vosotros que la profesáis sois sinceros, firmes e incorruptibles en todo tiempo
y bajo todas las circunstancias, y que moráis en Cristo, la Vid viviente, y sois
seguidores inconmovibles de la verdad y la reforma, reflejaréis el espíritu y el
carácter de Cristo. En vuestros negocios, en las asociaciones con los creyentes
y los incrédulos, en el santuario, en el hogar, en cada lugar, manifestaréis la
influencia del amor del Salvador, la cual tendrá un influjo decisivo sobre los
creyentes.
El genio, los talentos, y el dinero no son esenciales para ejercer esta influen-
cia; pero es indispensable que permanezcáis en Cristo, y que él permanezca
en vosotros, porque así vuestro fruto será para justicia.—
Carta 1, 1882, pp.
14, 15
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