Página 334 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Dios sabe que es lo mejor, 7 de noviembre
Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino
de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia a los que en él son
ejercitados.
Hebreos 12:11
.
Dios sabe qué es lo mejor para nuestro bien. La disciplina particular a que
somos sometidos no tiene el propósito de hacer aparecer los rasgos peores
y menos apreciables de carácter, sino la humildad y hermosura de Cristo, al
desarrollar las preciosas gracias de Cristo.
Necesitáis aprender a ser cristianos en la escuela de Cristo. Dios adapta
su gracia a las peculiaridades de las necesidades de cada uno. “Bástate mi
gracia”.
2 Corintios 12:9
. Cuando vuestra carga se haga más pesada, mirad
hacia arriba, y mediante la fe aferraos más firmemente de la mano de Jesús,
vuestro poderoso ayudador. A medida que las dificultades aumentan alrededor
de su pueblo que vive en medio de los peligros de los últimos días, él envía a
sus ángeles para que anden todo el día junto a ellos, y los acerquen cada vez
más al sangrante costado de Jesús. Y cuando llegan las grandes pruebas, se
olvidan las pruebas menores. ...
Debéis permanecer puros, leales y firmes, recordando que los rasgos de
vuestro carácter quedan registrados en los libros del cielo. ... No hay circuns-
tancia, lugar, dificultad, o privación que nos impida vivir vidas hermosas de
fidelidad cristiana y conducta aprobada. ... La victoria no se encuentra rehuyen-
do las pruebas—librándose de ellas—sino haciéndoles frente heroicamente,
soportándolas pacientemente.—
Carta 29, 1884, pp. 3, 4
.
Todos se encontrarán con pruebas. ... Si contempláis a Jesús ... pasaréis
por pruebas, y las soportaréis con paciencia, y así os fortaleceréis para soportar
la prueba siguiente.—
Carta 6, 1893, pp. 2
.
Es únicamente la estrechez de nuestra visión lo que impide que discerna-
mos la benevolencia de Dios manifestada tanto en la disciplina a que somete
a su iglesia, como en las grandes bendiciones que él provee. En todo tiempo
de dificultad y confusión, Dios es un refugio seguro para su pueblo. A la
sombra de su protección pueden seguir su camino con seguridad. En la aflic-
ción asignada para purificarlos, el poder del Evangelio debe ser su consuelo.
Encuentran fortaleza en su palabra perdurable.—
Carta 54, 1908, pp. 8
.
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