Página 340 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Dios mide toda prueba, 13 de noviembre
No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os
dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también
juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar.
1
Corintios 10:13
.
Cada uno tiene que pelear sus propias batallas, tiene que obtener su propia
experiencia cristiana independientemente, en algunos aspectos, de cualquiera
otra alma; y Dios tiene lecciones que cada uno debe obtener por sí mismo
sin que otro pueda recibir por él. ... Nuestro Padre celestial mide y pesa
toda prueba antes de permitir que la experimente el creyente. Considera
las circunstancias y las fuerzas de aquel que ha de soportar la prueba de
Dios, y nunca permite que las tentaciones sean mayores que la capacidad
de resistencia. Si el alma es vencida, si la persona es subyugada, esto nunca
podrá imputarse a Dios, ... sino que el que fué tentado no estuvo velando, ni en
oración, y no se apoderó por fe de las provisiones que Dios tiene en abundante
reserva para él. Cristo nunca abandonó a un creyente en su hora de combate.
El creyente debe reclamar la promesa y enfrentar al enemigo en el nombre del
Señor. ...
Oh, hay una gran obra que hacer por el pueblo de Dios, antes de que esté
preparado para la traslación al cielo. El fuego que arde en el horno debe ser
intenso para revelar la escoria de algunos. Debe crucificarse al yo. Cuando
cada creyente obedece a Dios en la medida de su conocimiento, y no le da
ocasión a sus semejantes para que lo opriman, no debería temer los resultados,
aun cuando éstos sean prisión y muerte. ...
Dios manifiesta una tierna compasión hacia su pueblo. La fe, la maravillosa
fe conduce al pueblo de Dios por los caminos rectos. Sin esta fe seguramente
comprenderemos mal su trato con nosotros, y desconfiaremos de su amor y
de su fidelidad. Cualesquiera sean las pruebas y los sufrimientos, ... que no
desfallezca el corazón, que no haya quejas displicentes, ni lamentaciones. ...
Un solo rayo de las evidencias del favor inmerecido de Dios que brille en
nuestros corazones contrapesará toda prueba, cualquiera sea su carácter, y no
importa cuán severa pueda ser.—
Manuscrito 6, 1889
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