Página 366 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Dónde comienza la apostasía, 7 de diciembre
Así que vosotros, oh amados, pues estáis amonestados, guardaos que
por el error de los abominables no seáis juntatamente extraviados, y
caigáis de vuestra firmeza.
2 Pedro 3:17
.
En estos días finales, cuando la iniquidad abundará, y el amor de muchos
disminuirá, Dios tendrá a un pueblo que glorifique su nombre, y que se levante
como reprobador de la injusticia. Debe ser un “pueblo peculiar”, que sea
fiel a la ley de Dios, cuando el mundo procura invalidar sus preceptos; y
cuando el poder convertidor de Dios obre a través de sus siervos, las huestes
de las tinieblas se agruparán para formar una enconada y decidida oposición.
Satanás trabajará “con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos”.
2
Tesalonicenses 2:10
. Utilizará todo artificio de engaño para seducir las almas
de los hombres. ...
La obra de la apostasía comienza en alguna secreta rebelión del corazón
contra los requerimientos de la ley de Dios. Fomentan y complacen deseos no
santificados y ambiciones ilegales, y la incredulidad y las tinieblas separan al
alma de Dios. Si no vencemos estos males, ellos nos vencerán a nosotros.
Personas que durante largo tiempo han estado adelantando en la senda
de la verdad serán probadas con pruebas y tentaciones. Los que escuchen las
sugerencias de Satanás y se aparten de su integridad, comienzan el camino
descendente, y alguna tentación imperiosa los apresura por la senda de la
apostasía, hasta que su descenso se hace evidente y rápido. Los pecados que
una vez fueron muy repugnantes se hacen atractivos, y son bienvenidos por
aquellos que han desechado el temor de Dios y su fidelidad a su ley. Pero el
comienzo más placentero en la transgresión, terminará en miseria, degradación
y ruina.
Necesitamos estar constantemente en guardia para velar y orar a fin de
no caer en la tentación. La complacencia del orgullo espiritual, de los deseos
no santificados, de los pensamientos impuros, de cualquier cosa que nos
separe de una asociación íntima y santa con Jesús, pone en peligro nuestras
almas. Debemos poseer una fe viva en Dios. ... Si el pensar en la apostasía os
resulta atroz, y no deseáis convertiros en enemigos de la verdad, ... entonces
“aborreced lo malo, allegaos a lo que es bueno”.
Romanos 12:9 (VM)
The
Review and Herald, 8 de mayo de 1888, pp. 289, 290
.
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