Página 379 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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El enemigo más peligroso, 20 de diciembre
Empero el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de error y a
doctrinas de demonios.
1 Timoteo 4:1
.
El adversario de las almas está buscando constantemente apartar nuestra
mente presentándole asuntos secundarios. No nos dejemos engañar. Que los
enemigos traten vuestro nombre y el mío como les plazca. Dejadlos distor-
sionar y tergiversar nuestras palabras y obras. Dejadlos fabricar falsedades
como mejor les plazca. No podemos permitir que nuestras mentes se desvíen
de Jesús y de la preparación del alma que necesitamos tener para recibirlo en
paz. ... En el nombre de Cristo os insto a orar como nunca habéis orado antes,
a buscar fervientemente fe y amor, que parecen casi haber desaparecido de la
tierra. Vivid cada día como si estuvierais ante la vista de Dios. ...
No permitáis que falsos maestros confundan vuestras mentes y hagan
vacilar vuestra fe al arrojar reproches sobre aquellos a quienes Dios ha enviado
a vosotros con mensajes de advertencia e instrucción. Recordad que no es
meramente a hombres a quienes tenéis que hacer frente, sino a “principados,
... potestades, ... malicias espirituales en los aires”. Ahora es el tiempo cuando
Satanás está trabajando con todo engaño de injusticia.
Muchos en realidad están peleando sus propias batallas mientras profe-
san servir bajo la bandera de Cristo. Puede ser que nadie sospeche de estos
traidores que hay en el campamento, pero están haciendo su obra para crear
incredulidad, discordia y dificultades. Estos son los enemigos más poderosos.
Mientras aparentan estar a nuestro favor, y ganan nuestra confianza y simpatía,
están ocupados sugiriendo dudas y creando sospechas. Trabajan del mismo
modo como lo hizo Satanás en el cielo cuando engañó a los ángeles mediante
sus arteras representaciones, colocando tinieblas por luz, y haciendo aparecer
la paciencia y misericordia de Dios como dureza y severidad. Así como traba-
jaba en el principio, así trabaja en el final, sólo que se oculta mejor de nuestra
vista. ....
No basta tener la teoría de la verdad; sus principios deben estar esculpidos
en el alma, y ejemplificados en la vida, de lo contrario caeremos presa de los
engaños preparados para los últimos días.—
The Review and Herald, 28 de
agosto de 1883, pp. 546
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