Página 381 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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A cada momento en guardia, 22 de diciembre
Mas los malos hombres y los engañadores, irán de mal en peor,
engañando y siendo engañados.
2 Timoteo 3:13
.
El enemigo procura desbaratar nuestra vigilancia utilizando todo artificio
concebible. Primero puede intentar engañar utilizando palabras suaves y astu-
tas insinuaciones; y si éstas fallan, procede con abierta violencia. Tiene más
de una trampa bien puesta para los pies incautos, y aquellos que caen una vez,
encuentran casi imposible liberarse. Mientras alaba, halaga y exalta a algunos,
lanza sus fieros dardos contra otros. Debemos estar en guardia a cada instante.
Ante nosotros hay días de luchas peculiares, de dificultades y peligros.
Debemos acostumbrarnos a la idea de que en lugar de que las cosas tomen
un cariz favorable, hombres perversos, maestros seductores irán empeorando,
engañándose a sí mismos y a los demás. Debemos esperar una mayor oposición
de la que hemos experimentado. ... Ahora debemos hacer de Cristo nuestro
refugio, o en los días que nos esperan nuestras almas serán vencidas por las
tinieblas y la desesperación. Hay un punto más allá del cual la ayuda humana
no sirve de nada. Cada uno debe vivir por fe a medida que se vea forzado
a entrar en un conflicto más severo y aparentemente mortal con los poderes
de las tinieblas. Cada uno debe permanecer o caer por sí mismo. Las flechas
del destruidor están por ser lanzadas contra los fieles, y ningún poder terrenal
puede desviarlas. Pero si nuestros ojos pudieran ser abiertos, podríamos ver
ángeles de Dios que rodean a los justos, para que ningún daño les acontezca.
...
Debemos contemplar a Jesús, estudiar sus palabras, orar por su Espíritu.
Deberíamos estar solos con Dios con más frecuencia para meditar y orar.
Oremos más y hablemos menos. No podemos confiar en nuestra sabiduría,
en nuestra propia experiencia, en nuestro propio conocimiento de la verdad;
debemos aprender diariamente, acudiendo a nuestro Maestro celestial en busca
de instrucción, y entonces, sin parar mientes en el ocio, en el placer o en la
conveniencia, debemos avanzar sabiendo que es fiel el que nos ha llamado. ...
Mientras comprendemos nuestra debilidad, confiemos en su fortaleza, y
venzamos por la gracia que él imparte.—
The Review and Herald, 28 de agosto
de 1883, pp. 546
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