Página 44 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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No me pertenezco a mí mismo, 3 de febrero
Por precio sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres.
1
Corintios 7:23
.
¡Qué natural es considerarnos los perfectos dueños de nosotros mismos!
Pero la palabra inspirada declara: “No sois vuestros”, ... “Comprados sois por
precio”.
1 Corintios 6:19, 20
. ... En nuestra relación hacia nuestros semejantes
somos los propietarios de las facultades mentales y físicas que se nos han
confiado. En nuestra relación hacia Dios, somos prestatarios, mayordomos de
su gracia.
El tiempo debe usarse juiciosa y seriamente, y bajo la santificación del
Espíritu Santo. Debemos comprender qué es correcto e incorrecto hacer con
la propiedad, y con las facultades mentales y físicas. Dios tiene un derecho
positivo de propiedad sobre cada facultad que ha encomendado a los instru-
mentos humanos. Mediante su propia sabiduría, establece los términos en
que el hombre ha de emplear cada don de Dios. Bendecirá el uso debido de
cada facultad ejercida para la gloria de su nombre. El talento del habla, de la
memoria, de la propiedad, todos deben acrecentarse para gloria de Dios, para
adelantar su reino. Dios nos ha dejado a cargo de sus bienes en su ausencia.
Cada mayordomo tiene su obra especial que hacer en el adelantamiento del
reino de Dios. Ni uno tiene excusa.—
Carta 44, 1900
.
Los jóvenes deben ser enseñados a respetarse a sí mismos, porque han
sido comprados por precio.—
Carta 117, 1898, pp. 4, 5
.
Cristo revistió su divinidad con la humanidad, y pagó el rescate por el
hombre, y él desea que el hombre aprecie la vida que así se le concedió
mediante el pago de un precio infinito.—
Manuscrito 23, 1899, pp. 5
.
Es vuestro privilegio ... dar evidencia de que sois dignos de la confian-
za sagrada que Dios os ha dado, al enviar a su Hijo unigénito a morir por
vosotros. Si creéis en Cristo como vuestro Salvador personal, recibís toda
gracia, toda capacitación espiritual necesarias para el perfeccionamiento del
carácter cristiano. Demostrad que apreciáis el sacrificio hecho por vosotros,
y consideradlo demasiado grande para permitiros hacer una burla de vuestra
profesión religiosa, al dejaros moldear por el criterio del mundo.—
Manuscrito
167, 1897, pp. 3, 4
.
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