Página 62 - Nuestra Elevada Vocacion (1962)

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Reflejando la imagen de Cristo, 21 de febrero
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma semejanza, como por el Espíritu del Señor.
2 Corintios 3:18
.
El contemplar a Jesús y espaciarse en sus virtudes, misericordias y pureza,
creará en el alma un total aborrecimiento por aquello que es pecaminoso, y un
intenso anhelo y sed por la justicia. Cuanto más estrechamente discernamos
a Jesús, tanto más veremos nuestros propios defectos de carácter: entonces,
confesad estas cosas a Jesús, y con verdadera contrición de alma colaborad
con el poder divino, el Espíritu Santo, para alejar aquellas cosas.—
Carta 10,
1893, pp. 1
.
Jesús dijo que enviaría al Consolador, al Espíritu Santo, que cambia nuestro
carácter a la imagen de Cristo; y cuando esto se cumple reflejamos, como en
un espejo, la gloria del Señor. Es decir, que el carácter de aquel que contempla,
a Jesús es como el suyo, de modo que uno que lo mira, ve el propio carácter de
Cristo, brillando como en un espejo. Imperceptiblemente para nosotros, somos
cambiados día a día de nuestros propios caminos y voluntad a la voluntad y
los caminos de Cristo, a la hermosura de su carácter. Así crecemos en Cristo,
e inconscientemente reflejamos su imagen.—
The Review and Herald, 28 de
abril de 1891
.
No es apartando nuestra vista de él, como imitaremos la vida de Jesús,
sino hablando de él, espaciándonos en sus perfecciones, buscando refinar
el gusto y elevar el carácter, procurando—a través de la fe y el amor, y por
esfuerzo perseverante y ferviente—acercarnos al Modelo perfecto. Tenien-
do un conocimiento de Cristo—de sus palabras, hábitos y de sus lecciones
instructivas—tomamos prestadas las virtudes del carácter que hemos estudia-
do tan estrechamente, y nos imbuimos del espíritu que tanto hemos admirado.
Jesús se convierte para nosotros en “el señalado entre diez mil”, y en el que
es “todo él codiciable”.
Cantares 5:10, 16
.—
The Review and Herald, 15 de
marzo de 1887
.
Cuando el alma se relaciona estrechamente con el gran Autor de la luz y de
la verdad, ésta recibe impresiones que revelan su verdadera posición delante
de Dios. Entonces morirá el yo, el orgullo será depuesto, y Cristo trazará su
imagen en líneas más profundas en el alma.—
Manuscrito 1a, 1890
.
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