Página 113 - Obreros Evang

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El tacto
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Muchas almas han sido desviadas en la mala dirección, y así se
han perdido para la causa de Dios, por falta de habilidad y sabiduría
de parte del obrero. El tacto y el buen criterio centuplican la uti-
lidad del obrero. Si él dice las palabras apropiadas a la ocasión, y
manifiesta el debido espíritu, ejercerá un poder convincente sobre el
corazón de aquel a quien trata de ayudar.
En campos nuevos
Al trabajar en un campo nuevo, no creáis que es vuestro deber
decir en seguida a la gente: Somos adventistas del séptimo día;
creemos que el séptimo día es el día de reposo; no creemos en la
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inmortalidad del alma. Esto levantaría a menudo una formidable
barrera entre vosotros y aquellos a quienes quisierais alcanzar. Ha-
bladles, cuando tengáis oportunidad, de puntos de doctrinas acerca
de los cuales podáis estar de acuerdo con ellos. Espaciaos en la nece-
sidad de la piedad práctica. Dadles evidencia de que sois cristianos,
de que deseáis la paz, y de que amáis sus almas. Dejadles ver que
sois concienzudos. Así ganaréis su confianza; y luego habrá bastante
tiempo para las doctrinas. Ganad el corazón, preparad el terreno, y
luego sembrad la semilla, presentando con amor la verdad tal cual
es en Jesús.
Dios ayudará seguramente a aquellos que le piden sabiduría.
No hemos de esperar hasta que las oportunidades se nos presenten;
debemos buscarlas, y estar siempre listos para dar razón de la espe-
ranza que está en nosotros. Si el obrero mantiene su corazón elevado
en oración, Dios le ayudará a decir palabras oportunas en la ocasión
apropiada.
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