Página 241 - Obreros Evang

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La fe
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de Dios, cada día gozan de los beneficios de su providencia; pero
pasan por alto estas bendiciones. Y las dificultades que encuentran,
en vez de hacerlos allegarse a Dios, los separan de él, porque crean
agitación y rebelión.
¿Hacen bien de ser así incrédulos? Jesús es su amigo. Todo el
cielo está interesado en su bienestar, y su temor y murmuraciones
agravian al Espíritu Santo. No es porque veamos o sintamos que
Dios nos oye por lo que debemos creer. Debemos confiar en sus
promesas. Cuando acudimos a él con fe, debemos creer que toda
petición penetra hasta el corazón de Cristo. Cuando hemos pedido su
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bendición, debemos creer que la recibiremos, y agradecerle de que la
tenemos. Luego hemos de atender a nuestros deberes, confiando en
que la bendición será enviada cuando más la necesitemos. Cuando
aprendamos a hacer esto, sabremos que nuestras oraciones reciben
contestación. Dios obrará por nosotros “mucho más abundantemente
de lo que pedimos,” “conforme a las riquezas de su gloria,” y “por
la operación de la potencia de su fortaleza.
Muchas veces la vida cristiana está rodeada de peligros, y el
deber parece difícil de cumplir. La imaginación cree ver la ruina
inminente si se avanza, y la servidumbre y la muerte si se vuelve
atrás. Sin embargo, la voz de Dios dice claramente: Id adelante.
Obedezcamos la orden, aun cuando nuestra vista no pueda penetrar
las tinieblas. Los obstáculos que impiden nuestro progreso no des-
aparecerán nunca ante un espíritu vacilante y dudoso. Aquellos que
difieren la obediencia hasta que toda incertidumbre desaparezca, y
no queden riesgos de fracaso ni derrota, no obedecerán nunca. La fe
mira más allá de las dificultades, y echa mano de lo invisible, aun
de la Omnipotencia, y por lo tanto, no puede resultar frustrada. La
fe es como asir la mano de Cristo en toda emergencia.
El que trabaja para Dios necesita una fe fuerte. Las apariencias
pueden ser adversas; pero en la hora más sombría es cuando la luz
está por amanecer. La fuerza de aquellos que, con fe, aman y sirven
a Dios, será renovada día tras día. La inteligencia del Ser infinito
está a su disposición, para que no yerren en la ejecución de sus
propósitos. Retengan firmemente estos obreros el principio de su
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Efesios 3:20, 16; 1:19
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