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Obreros Evangélicos
La fe no es sentimiento. “Es pues la fe la sustancia de las cosas
que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.
La
verdadera fe no va en ningún sentido aliada a la presunción. Única-
mente aquel que tiene verdadera fe está seguro contra la presunción,
porque la presunción es la falsificación de la fe por Satanás.
La fe se aferra a las promesas de Dios, y produce fruto en obe-
diencia. La presunción se atiene también a las promesas, pero las
emplea como las empleó Satanás, para disculpar la transgresión. La
fe habría inducido a nuestros primeros padres a confiar en el amor
de Dios y obedecer sus mandamientos. La presunción los indujo a
violar su ley, creyendo que su gran amor los salvaría de las conse-
cuencias de su pecado. No es fe la que pretende el favor del cielo sin
cumplir con las condiciones en que se ha de otorgar la misericordia.
La verdadera fe tiene su cimiento en las promesas y provisiones de
las Escrituras.
El hablar de religión de una manera casual, el orar sin hambre del
alma ni fe viva, no vale nada. Una fe nominal en Cristo, que lo acepta
meramente como Salvador del mundo, no podrá nunca reportar
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sanidad al alma. La fe que salva no es un mero reconocimiento
intelectual de la verdad. Aquel que aguarda hasta tener conocimiento
completo antes de querer ejercer fe, no puede recibir la bendición
de Dios.
No es suficiente creer
acerca
de Cristo; tenemos que creer
en
él.
La única fe que nos beneficiará es la que lo acepta como Salvador
personal; la que se apropia de sus méritos para nosotros mismos.
Muchos estiman la fe como una opinión. Pero la fe salvadora es
una transacción, por la cual aquellos que reciben a Cristo se unen a
Dios por un pacto. La fe verdadera es vida. Una fe viva significa un
aumento de vigor, una confianza implícita, por la cual el alma llega
a ser una fuerza vencedora.
La incredulidad y la duda
La fe acepta lo que Dios dice al pie de la letra, sin pedir compren-
der el significado de los incidentes penosos que ocurran. Pero son
muchos los que tienen poca fe. Siempre están temiendo y cargándose
de dificultades. Cada día están rodeados por las pruebas del amor
Hebreos 11:1
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