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Obreros Evangélicos
Pero muchos no quieren someterse a ser guiados. Quieren dirigirse
a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial.
Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que
esperan su dirección y gracia, se da el Espíritu. Esta bendición
prometida, pedida con fe, trae consigo todas las demás bendiciones.
Se da según las riquezas de la gracia de Cristo, quien está listo para
abastecer a toda alma según su capacidad de recepción.
El impartimiento del Espíritu es el impartimiento de la vida
de Cristo. Únicamente aquellos que son así enseñados por Dios,
únicamente aquellos en cuyo interior obra el Espíritu, y en cuya
vida se manifiesta la vida de Cristo, pueden ocupar la posición de
verdaderos representantes del Salvador.
El Espíritu Santo como educador
Dios toma a los hombres como son, y los educa para su servicio,
si ellos quieren entregarse a él. El Espíritu de Dios, recibido en el
alma, vivifica todas sus facultades. Bajo la dirección del Espíritu
Santo, la mente, consagrada sin reservas a Dios, se desarrolla armo-
niosamente, y queda fortalecida para comprender y cumplir lo que
Dios requiere. El carácter débil y vacilante se vuelve fuerte y firme.
La devoción continua establece una relación tan íntima entre Jesús y
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sus discípulos que el cristiano se vuelve más semejante a su Maestro
en carácter. Tiene una visión más clara y amplia. Su discernimiento
es más penetrante, su criterio mejor equilibrado. Queda tan avivado
por el poder vivificador del Sol de justicia, que es habilitado para
llevar mucho fruto para gloria de Dios.
Cristo prometió que el Espíritu Santo habitaría en aquellos que
luchasen para obtener la victoria sobre el pecado, para demostrar
el poder de la fuerza divina dotando al agente humano de fuerza
sobrenatural e instruyendo al ignorante en los misterios del reino
de Dios. ¿De qué nos valdría que el unigénito Hijo de Dios se
hubiese humillado, soportase las tentaciones del astuto enemigo, y
muriese, el justo por los injustos, si el Espíritu no fuese dado como
agente constante de la regeneración, para hacer eficaz en cada caso
individual lo que fué logrado por el Redentor del mundo?
El Espíritu Santo habilitó a los discípulos para exaltar solamente
al Señor, y guió la pluma de los historiadores sagrados, para que el