Página 263 - Obreros Evang

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El Espíritu Santo
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mundo tuviese registradas las palabras y las obras de Cristo. Hoy
día este Espíritu está obrando constantemente, tratando de atraer
la atención de los hombres al gran sacrificio hecho en la cruz del
Calvario, para revelar al mundo el amor de Dios al hombre, y para
dar al alma convencida acceso a las promesas de la Escritura.
Es el Espíritu el que hace resplandecer en las mentes entenebre-
cidas los brillantes rayos del Sol de justicia; el que hace arder el
corazón de los hombres dentro de sí mismos con la recién desper-
tada comprensión de las verdades de la eternidad; el que presenta
a la mente la gran norma de justicia, y convence de pecado; el que
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inspira fe en el Unico que puede salvar del pecado; el que obra
para transformar el carácter retirando los afectos de los hombres de
aquellas cosas que son temporales y perecederas, y fijándolos en la
herencia eterna. El Espíritu crea de nuevo, refina y santifica a los
seres humanos, preparándolos para ser miembros de la familia real,
hijos del Rey celestial.
Efecto de la recepción del espíritu
Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuan-
do todo falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el
influjo del Espíritu de Cristo. El tal tiene la fe que purifica el alma de
la contaminación. Queda conformado con el Espíritu, y obedece a
las cosas del Espíritu. No tiene confianza en si mismo. Para él, Cristo
es todo y está en todo. Recibe con mansedumbre la verdad que le
es constantemente revelada, y da al Señor toda la gloria, diciendo:
“Dios nos lo reveló a nosotros por el Espíritu.” “Y nosotros hemos
recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios,
para que conozcamos lo que Dios nos ha dado.
El Espíritu revelador también obra en él los frutos de justicia.
Cristo está en él, como “fuente de agua que salte para vida eterna.
El es un sarmiento de la Vid verdadera y produce ricos racimos de
fruta para gloria de Dios. ¿Cuál es el carácter del fruto producido?—
El fruto del Espíritu es “caridad,” no odio; “gozo,” no descontento
1 Corintios 2:10, 12
.
Juan 4:14
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