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Obreros Evangélicos
y aflicción; “paz,” no irritación, ansiedad y pruebas fabricadas. Es
“tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Los que tienen este Espíritu son fervientes colaboradores con
Dios; tienen la cooperación de los seres celestiales, y sienten el peso
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del mensaje que llevan. Hablan palabras de sólido criterio, y del
tesoro del corazón sacan cosas puras y sagradas, según el ejemplo
de Cristo.
El mensaje que debemos proclamar no es un mensaje cuya de-
claración necesitemos rehuir. Sus defensores no deben tratar de
encubrirlo, de ocultar su origen y propósito. Como quienes han he-
cho votos solemnes a Dios, y quienes han sido comisionados como
mensajeros de Cristo, como dispensadores de los misterios de la
gracia, nos hallamos bajo la obligación de declarar fielmente todo el
consejo de Dios.
No debemos restar prominencia a las verdades especiales que
nos han separado del mundo, y nos han hecho lo que somos; porque
están llenas de intereses eternos. Dios nos ha dado luz acerca de lo
que acontece ahora, y por la pluma y de viva voz debemos proclamar
la verdad al mundo. Pero es la vida de Cristo en el alma, es el activo
principio del amor impartido por el Espíritu Santo, lo único que
puede hacer fructificar nuestras palabras. El amor de Cristo es la
fuerza y potencia de todo mensaje que para Dios haya salido alguna
vez de labios humanos.
Nos acercamos al fin
Un día tras otro pasa a la eternidad, llevándonos siempre más
cerca del fin del tiempo de gracia. Como nunca antes, debemos orar
para que el Espíritu Santo nos sea concedido en mayor abundancia,
y debemos esperar que su influencia santificadora sea sentida por
los obreros, para que aquellos por quienes tratajen sepan que han
estado con Jesús y han aprendido de él.
Necesitamos clarividencia espiritual, para poder ver los desig-
nios del enemigo, y proclamar el peligro como fieles centinelas.
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Necesitamos poder de lo alto para poder comprender, hasta don-
de pueda comprenderlos la mente humana, los grandes temas del
cristianismo y sus principios abarcantes.
Gálatas 5:22, 23
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