Página 265 - Obreros Evang

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El Espíritu Santo
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Los que estén bajo la influencia del Espíritu de Dios no serán
fanáticos, sino serenos y firmes, libres de extravagancias en pensa-
mientos, palabras o acciones. En medio de la confusión de doctrinas
engañosas, el Espíritu de Dios será un guía y escudo para aquellos
que no hayan resistido las evidencias de la verdad, y hayan acallado
toda otra voz que la de Aquel que es la verdad.
Estamos viviendo en los postreros días, cuando se aceptan y
creen errores del carácter más engañoso, al par que se descarta la
verdad. El Señor tendrá tanto a los predicadores como a la gente por
responsables de la luz que resplandece sobre su senda. Nos llama a
trabajar diligentemente para juntar las joyas de verdad y ponerlas
en el marco del Evangelio. Han de resplandecer con toda su divina
belleza en las tinieblas morales del mundo. Esto no puede lograrse
sin la ayuda del Espíritu Santo, pero con esta ayuda podemos hacerlo
todo. Cuando estamos dotados del Espíritu, nos asimos por la fe
del poder infinito. Nada se pierde de lo que proviene de Dios. El
Salvador del mundo manda sus mensajes al alma para que se disipen
las tinieblas del error. La obra del Espíritu es inconmensurablemente
grande. De esta fuente recibe el obrero de Dios poder y eficiencia.
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