Página 269 - Obreros Evang

Basic HTML Version

Desarrollo y servicio
265
Pablo nos amonesta a que no mire “cada uno a lo suyo propio,
sino cada cual también a lo de los otros.” Nos invita a tener “este
sentir que hubo también en Cristo Jesús: el cual, siendo en forma
[311]
de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios: sin embargo, se
anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a
los hombres; y hallado en la condición como hombre, se humilló a
sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Todo aquel que acepte a Cristo como su Salvador personal an-
helará tener el privilegio de servir a Dios. Al contemplar lo que el
cielo hizo por él, su corazón se conmueve de amor ilimitado y de
gratitud reverente. Siente avidez por demostrar su gratitud dedicando
sus capacidades al servicio de Dios. Anhela demostrar su amor por
Cristo y por su comprada posesión. Desea experimentar trabajos,
penurias y sacrificios.
El verdadero obrero de Dios hará lo mejor que pueda, porque
al hacerlo puede glorificar a su Maestro. Hará lo bueno a fin de
cumplir con los requisitos de Dios. Se esforzará por mejorar todas
sus facultades. Cumplirá todo deber como para Dios. Su único deseo
será que Cristo reciba homenaje y perfecto servicio.
Hay un cuadro que representa un buey que se halla entre un
arado y un altar, con la inscripción: “Listo para cualquiera de los
dos,”—listo para trabajar en el surco, o para ser ofrecido sobre el
altar de sacrificio. Tal es la posición del verdadero hijo de Dios—
está dispuesto a ir donde lo llame el deber, a negarse a sí mismo, a
sacrificarse por la causa del Redentor.—
The Ministry of Healing,
497-502
.
[312]
Filipenses 2:4-8
.