Página 278 - Obreros Evang

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Una amonestacion contra las falsas enseñanzas
Actualmente necesitamos, en la causa de Dios, hombres espi-
rituales, hombres firmes en sus principios y que tengan una clara
comprensión de la verdad. Me ha sido indicado que no son doctri-
nas nuevas y caprichosas ni suposiciones humanas lo que la gente
necesita, sino el testimonio de hombres que conozcan y practiquen
la verdad, hombres que entiendan y obedezcan la recomendación
dada a Timoteo: “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y
fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y
doctrina.
Hermanos míos, andad con firmeza y decisión, calzados los pies
con la preparación del Evangelio de paz. Podéis tener la seguridad
de que la religión pura y sin mácula no es una religión sensacional.
Dios no ha impuesto a nadie la carga de estimular un apetito por
las doctrinas y teorías especulativas. Apartad estas cosas de vuestra
enseñanza. No permitáis que entren en vuestra experiencia. No
dejéis que la obra de vuestra vida sea perjudicada por ellas.
En la epístola de Pablo a los colosenses se halla una amonesta-
ción contra las falsas enseñanzas. El apóstol declara que los corazo-
nes de los creyentes han de ser “unidos en amor, y en todas riquezas
de cumplido entendimiento para conocer el misterio de Dios, y del
Padre, y de Cristo; en el cual están escondidos todos los tesoros de
sabiduría y conocimiento.”
“Y esto digo—prosigue,—para que nadie os engañe con palabras
persuasivas.... Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor
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Jesucristo, andad en él: arraigados y sobreedificados en él, y confir-
mados en la fe, así como habéis aprendido, creciendo en ella con
hacimiento de gracias. Mirad que ninguno os engañe por filosofías y
vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los
elementos del mundo, y no según Cristo: porque en él habita toda la
2 Timoteo 4:2
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