Página 372 - Obreros Evang

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Los presidentes de asociacione
Al Señor le ha agradado presentarme muchas cosas acerca de la
vocación y la labor de nuestros ministros, especialmente de aquellos
que han sido nombrados presidentes de asociación. Debe ejercerse
gran cuidado en la elección de hombres para ocupar estos puestos de
confianza. Debe orarse fervientemente para recibir la iluminación
divina.
Los que sean así designados sobreveedores de la grey deben ser
hombres de buena reputación; hombres que den evidencia de no
tener solamente un mero conocimiento de las Escrituras, sino una
experiencia en la fe y la paciencia, a fin de que con mansedumbre
instruyan a los que se oponen a la verdad. Deben ser hombres
de perfecta integridad, no novicios, sino estudiantes inteligentes
de la Palabra, capaces también de enseñar a otros, sacando de su
tesoro cosas nuevas y viejas; hombres que en su carácter, palabras
y porte, honren la causa de Cristo, enseñando la verdad y viviendo
en conformidad con ella, desarrollándose hasta alcanzar la plena
estatura en Cristo Jesús. Esto significa el desarrollo y fortalecimiento
de toda facultad por el ejercicio, para que los obreros se califiquen
para llevar mayores responsabilidades a medida que la obra crezca.
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El Señor Jesús relacionó a Judas y a Pedro consigo, no porque
tuvieran caracteres defectuosos, sino a pesar de sus defectos. Quería
darles una oportunidad de aprender en su escuela mansedumbre y
dignidad de corazón, para que pudieran llegar a ser colaboradores
suyos. Y si ellos querían aprovechar estas oportunidades, si querían
disponerse a aprender, a ver sus deficiencias, y a llegar a ser, a la luz
de un ejemplo puro, todo lo que Cristo quería que fuesen, entonces
serían una gran bendición para la iglesia.
Así está todavía tratando con los hombres el Señor Jesús. Al-
gunos que son imperfectos de carácter, quedan relacionados con
intereses solemnes y sagrados; y cuando se los elige para una obra
especial, no deben creer que su propia sabiduría es suficiente, que
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De un sermón pronunciado en el congreso general de 1883.
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