Página 385 - Obreros Evang

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El cuidado de los obreros
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“Venid vosotros aparte, ... y reposad un poco.
El quiere que se
hagan arreglos por los cuales sus siervos tengan ahora oportunidad
de descansar y recuperar las fuerzas. Nuestros sanatorios han de
estar abierto; para nuestros ministros que, trabajando fuertemente,
han hecho cuanto estaba en su poder para conseguir fondos para la
erección y el sostén de estas instituciones; y en cualquier momento
en que necesiten las ventajas en ellas ofrecidas, debe hacérseles
sentir que están en su casa.
En ninguna ocasión debe cobrarse a estos obreros un precio
elevado por su pensión y los tratamientos, ni tampoco debe consi-
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derárselos como mendigos, ni de ninguna manera deben hacerlos
sentirse así aquellos cuya hospitalidad reciben. El manifestar ge-
nerosidad en el empleo de las facultades que Dios proveyó para
sus siervos cansados y recargados de trabajo, es, ante sus ojos, una
verdadera obra misionera médica. Los obreros de Dios están ligados
a él, y cuando se los recibe, debe tenerse presente que se recibe a
Cristo en la persona de sus mensajeros. Esto es lo que él requiere, y
se lo deshonra y desagrada cuando se los trata con indiferencia, o de
una manera ruin y egoísta. La bendición de Dios no acompañará el
trato mezquino a que se someta a cualquiera de sus escogidos.
Entre la fraternidad médica no ha habido siempre agudeza de per-
cepción para discernir esos asuntos. Algunos no los han considerado
como debieran. Quiera el Señor santificar la percepción de los que
tienen cargo de nuestras instituciones, para que sepan quiénes deben
recibir verdadera simpatía y cuidado. Aquel ramo de la causa por el
cual estos agobiados obreros trabajaron debe demostrar aprecio por
su labor ayudándoles en su necesidad, compartiendo con el sanatorio
la carga de los gastos. La situación de algunos obreros les permite
ahorrar un poco de su salario; y deben hacerlo, si pueden, para hacer
frente a alguna emergencia; sin embargo, aun éstos debieran ser
recibidos como una bendición en el sanatorio.
Pero los más de nuestros obreros tienen que hacer frente a mu-
chas y grandes obligaciones. A cada paso, cuando se necesitan
recursos, se les pide que hagan algo, que encabecen a la gente, para
que la influencia de su ejemplo estimule a otros a ser generosos
para que la causa de Dios progrese. Sienten tan intenso deseo de
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Marcos 6:31
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