Página 393 - Obreros Evang

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El examen para el ministerio
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manera en que sostiene la verdad presente, todas esas cosas deben
ser comprendidas. Nadie debe ser aceptado como obrero en la causa
de Dios, antes de que haya puesto de manifiesto que posee una
experiencia real y viva en las cosas de Dios.
* * * * *
Los que están por entrar en la obra sagrada de enseñar la verdad
de la Biblia al mundo, deben ser examinados cuidadosamente por
personas fieles y experimentadas. Después que hayan tenido cierta
experiencia, queda todavía otra obra que hacer por ellos: deben ser
presentados ante el Señor en oración ferviente, para que él indique,
por su Espíritu Santo, si le son aceptables. El apóstol dice: “No
impongas de ligero las manos a ninguno.
En los días de los após-
toles, los ministros de Dios no se atrevían a fiar en su propio juicio
para elegir o aceptar hombres que habían de asumir el solemne y
sagrado puesto de portavoces de Dios. Elegían a los hombres que su
juicio aceptaba, y luego los presentaban ante el Señor para ver si él
los aceptaba para que saliesen como representantes suyos. No debe
hacerse menos que esto ahora.
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En muchos lugares encontramos hombres que han sido colocados
apresuradamente en posiciones de responsabilidad como ancianos
de la iglesia, cuando no estaban calificados para ocupar semejante
puesto. No saben gobernarse a sí mismos. Su influencia no es buena.
La iglesia está continuamente en dificultades como consecuencia
del carácter deficiente de los dirigentes. Se les impuso las manos
con demasiada ligereza.
Los ministros de Dios deben ser hombres de buena reputación,
capaces de dirigir discretamente un interés después de despertarlo.
Necesitamos grandemente hombres competentes, que reporten honor
en vez de deshonor a la causa que representan.
Los ministros deben ser examinados especialmente para ver si
tienen una comprensión inteligente de la verdad para este tiempo,
de modo que puedan dar un discurso bien encadenado acerca de las
profecías o de cualesquiera temas prácticos. Si no pueden presentar
claramente los temas bíblicos, necesitan oír y aprender todavía. A
fin de poder enseñar la verdad bíblica, deben escudriñar con fervor
1 Timoteo 5:22
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