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Obreros Evangélicos
En nuestras reuniones administrativas, es importante que no se
pierda un tiempo precioso en debatir puntos de poca consecuencia.
No debe practicarse la costumbre de críticas mezquinas; porque deja
las mentes perplejas y confusas, y envuelve en misterio las cosas
más claras y sencillas. Si hay entre los hermanos aquel amor que
los induzca a estimar a otros como mejores que sí mismos, sabrán
renunciar a sus pareceres y deseos en favor de los ajenos. Es nuestro
deber estudiar, diariamente y hora tras hora, cómo podemos contestar
la oración de Cristo, de que sus discípulos sean uno, como él y
el Padre son uno. Podemos aprender lecciones preciosas teniendo
presente la oración de nuestro Salvador, y desempeñando nuestra
parte para cumplir su deseo.
Nunca será excesivo el cuidado que tengamos contra un espíritu
de irreverencia en nuestra relación administrativa con la obra de
Dios, y al manejar cosas sagradas. Nunca, ni por un instante, debe
emplearse engañosamente la Palabra de Dios para probar un punto
que anhelamos ver triunfar. El honor, la integridad y la verdad,
deben preservarse a cualquier costo. Nuestros mismos pensamientos,
palabras y acciones deben someterse a la voluntad de Cristo.
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La liviandad no es adecuada en reuniones donde se consideran
la solemne obra de Dios y su Palabra. En la oración que se eleva se
pide que Cristo presida la asamblea, e imparta su sabiduría, gracia
y justicia. ¿Será consecuente seguir una conducta que habría de
agraviar a su Espíritu y contrariar su obra?
Tengamos presente que Jesús está en nuestro medio. Entonces
una influencia elevadora y dominante, que dimana del Espíritu de
Dios reinará en la asamblea. Se manifestará aquella sabiduría que
es “de lo alto,” “primeramente ... pura, después pacífica, modesta,
benigna, llena de misericordia y de buenos frutos,
que no puede
errar. En todos los planes y decisiones, se manifestará aquella caridad
que “no busca lo suyo;” “no piensa el mal;” que “no se huelga de la
injusticia, mas se huelga de la verdad;” que “todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera todo lo soporta.
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Santiago 3:17
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1 Corintios 13:5-7
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