Página 405 - Obreros Evang

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La debida remuneración de los ministros
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método de pagar a los obreros varones, y de no pagar a sus esposas
que participan de sus labores, no es un plan conforme al mandato
del Señor, y si se lleva a cabo en nuestras asociaciones, se corre el
riesgo de desanimar a nuestras hermanas en cuanto a calificarse para
la obra en la cual deben trabajar. Dios es un Dios de justicia, y si los
ministros reciben salario por su trabajo, sus esposas, que se dedican
a la obra tan desinteresadamente como ellos, deben recibir su paga
en adición al sueldo que perciben sus esposos, aun cuando no lo
pidan.
Los adventistas del séptimo día no deben de ninguna manera
despreciar la obra de la mujer. Si una mujer confía el trabajo de su
casa a una ayudante fiel y prudente, y deja a sus niños bajo buen
cuidado, mientras ella trabaja en la obra, la asociación debe tener
bastante sabiduría para comprender que es justo que reciba salario.
El Señor tiene una obra que hacer tanto para las mujeres como
para los hombres. Ellas pueden hacer una buena obra para Dios si
aprenden antes en la escuela de Cristo la preciosa e importantísi-
ma lección de la mansedumbre. No sólo deben llevar el nombre de
Cristo, sino poseer su Espíritu. Deben andar como él anduvo, purifi-
cando sus almas de toda contaminación. Entonces podrán beneficiar
a otros presentando la plena suficiencia de Jesús.—
Testimonies for
the Church 6:117
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