Página 416 - Obreros Evang

Basic HTML Version

412
Obreros Evangélicos
se fortalezcan nuestras iglesias, podrán no sólo proseguir con la obra
en sus propios confines, sino enviar ayuda a otros campos.
Las iglesias madres han de ayudar
Los miembros de las iglesias del país deben llevar en su corazón
una preocupación por la obra que se lleva a cabo en las regiones
lejanas. Cierto hombre de negocios norteamericano, que era un
creyent
fervoroso, expresó, al conversar con un colaborador suyo,
[482]
que él trabajaba para Cristo veinticuatro horas por día.
—En todos mis asuntos comerciales—dijo,—trato de representar
a mi Maestro. En toda oportunidad, trato de ganar a otros para él.
Todo el día trabajo para Cristo. Y de noche, mientras duermo, tengo
un hombre que trabaja para él en China.
¿Por qué no se habrían de unir los miembros de una iglesia, o
de varias iglesias pequeñas, para sostener a un misionero en los
campos extranjeros? Si ellos quieren negarse a sí mismos, pueden
hacerlo. Mis hermanos y hermanas, ¿no queréis ayudar en esta
grande obra? Os ruego que hagáis algo por Cristo, y que lo hagáis
ahora. Mediante el maestro a quien vuestro dinero sostendrá en un
campo misionero, podrán salvarse almas que resplandecerán como
estrellas en la corona del Redentor. Por pequeña que sea vuestra
ofrenda, no vaciléis en traerla al Señor. La ofrenda más pequeña,
dada con corazón lleno de amor hacia el Salvador, viene a ser un
don sin precio, sobre el cual Dios sonríe y pone su bendición.
Cuando Jesús dijo acerca de la viuda: “Echó más que todos,
sus palabras eran ciertas, no sólo en cuanto a los motivos de la dado-
ra, sino acerca de los resultados del donativo. Las “dos blancas, que
son un maravedí,
han aportado a la tesorería de Dios una cantidad
de dinero mucho mayor que las contribuciones de los judíos ricos.
Como una corriente pequeña en su comienzo, pero que se ensancha
y ahonda mientras fluye hacia el océano, la influencia de aquel pe-
queño donativo se ha ensanchado y ahondado al correr durante los
siglos. El ejemplo de abnegación dado por la viuda pobre, obró y
[483]
reaccionó sobre miles de corazones en todo país y en toda edad. Ha
16—O. E.
Lucas 21:3
.
Marcos 12:42
.