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Obreros Evangélicos
tierra. Por el poder de la verdad, podrían arreglarse muchas dificul-
tades, y viejas discusiones se calmarían si se admitiesen métodos
mejores. El grande y sublime principio: “En la tierra, paz, buena
voluntad para con los hombres,” se practicará mucho mejor cuando
los que creen en Cristo sean verdaderos colaboradores de Dios.
La ayuda del cielo
El que trabaja en un país extranjero debe llevar en su corazón la
paz y el amor del cielo; porque ésta es su única seguridad. En medio
de la perplejidad y las pruebas, el desaliento y los sufrimientos, con
la consagración de un mártir y el valor de un héroe, debe aferrarse
a la mano que nunca lo suelta, diciendo: “Nunca desmayaré ni me
desalentaré.” Debe estudiar la Biblia con atención, y entregarse a
menudo a la oración. Si antes de hablar con otros, busca ayuda de lo
alto, puede tener la seguridad de que los ángeles del cielo estarán
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con él. Puede ser que a veces anhele sentir la simpatía humana, pero
en su soledad puede sentir consuelo y ánimo por la comunión con
Dios. Anímese por las palabras del Salvador: “He aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
De este Compañero
divino recibirá instrucción en la ciencia de salvar almas.
Se necesitan energía y abnegación en el campo misionero. Dios
pide hombres que promuevan los triunfos de la cruz, hombres que
perseveren bajo desalientos y privaciones; hombres que tengan el
celo, la resolución y la fe indispensables en el campo misionero.
Mediante una labor perseverante y una firme confianza en el Dios
de Israel, los hombres resueltos y valerosos lograrán prodigios. Difí-
cilmente podrá hallarse límite a lo que pueden lograr los esfuerzos
dirigidos por un criterio iluminado y sostenido por ferviente empeño.
Regocijémonos de que se haya hecho en los campos extranjeros
una obra que Dios puede aprobar. Elevemos nuestras voces para
alabar a Dios y darle gracias por los resultados de la obra hecha en los
países extranjeros. Y nuestro General, quien no comete nunca yerro,
nos dice todavía: “Avanzad, entrad en nuevos territorios; enarbolad
el estandarte en todo país. ‘Levántate, resplandece; que ha venido tu
lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Mateo 28:20
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Isaías 60:1
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