Página 425 - Obreros Evang

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En contacto con los demás
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parece oscuro e inexplicable, recordemos las palabras de Cristo: “Lo
que yo hago, tú no entiendes ahora; mas lo entenderás después.
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Estudiemos la historia de José y de Daniel. El Señor no evitó
las maquinaciones de los hombres que trataban de hacerles daño;
pero hizo que todas estas maquinaciones obrasen para bien de sus
siervos, que en medio de pruebas y conflictos conservaban su fe y
lealtad.
Mientras estemos en el mundo, tendremos que hacer frente a
influencias adversas. Habrá provocaciones para probar el genio; y
es haciéndoles frente con el debido espíritu como se desarrollan las
gracias cristianas. Si Cristo mora en nosotros, seremos pacientes,
benignos y tolerantes, alegres en medio de inquietudes e irritaciones.
Día tras día y año tras año, venceremos al yo y desarrollaremos un
noble heroísmo. Tal es la suerte que nos ha sido señalada; pero no
puede ser lograda sin la ayuda de Jesús, decisión resuelta, propósito
invariable, vigilancia continua y oración incesante. Cada uno tiene
una batalla personal que reñir. Ni siquiera Dios puede hacer nuestros
caracteres nobles o nuestras vidas útiles, a menos que lleguemos
a ser colaboradores suyos. Los que se niegan a luchar pierden la
fuerza y el gozo de la victoria.
No necesitamos llevar nuestro propio registro de pruebas y di-
ficultades, pesares y tristezas. Todas estas cosas están escritas en
los libros, y el cielo cuidará de ellas. Mientras llevamos cuenta de
las cosas desagradables, pasamos por alto muchas cosas placenteras
en que podríamos reflexionar, como por ejemplo, la misericordio-
sa bondad de Dios que nos rodea en cada instante, y el amor, que
asombra a los ángeles, por el cual Dios entregó a su Hijo para que
muriese por nosotros. Si como obreros de Cristo, os parece que
tenéis mayores cuidados y pruebas que las que tocaron en suerte
a los demás, recordad que hay para vosotros una paz desconocida
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por aquellos que rehuyen estas cargas. Hay consuelo y gozo en el
servicio de Cristo. Dejad que el mundo vea que el vivir con él no es
fracasar.
Si no os sentís alegres y gozosos, no habléis de vuestros senti-
mientos. No echéis sombras sobre las vidas ajenas. Una religión fría
y sin sol nunca atraerá almas a Cristo. Las ahuyenta de él, inducién-
Juan 13:7
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