Página 63 - Obreros Evang

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Los jóvenes en el ministerio
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ocasión o lugar presenten a Dios un sacrificio mutilado, una ofrenda
que no les haya costado ni estudio ni oración.
El Señor necesita hombres de intensa vida espiritual. Cada obrero
puede recibir fuerza de lo alto, y encaminarse con fe y esperanza por
la senda en que Dios le pide que ande. La Palabra de Dios habitará
en el obrero joven y consagrado. El será alerta, ferviente, fuerte, y
tendrá en el consejo de Dios una provisión inagotable.
Dios ha pedido a este pueblo que dé al mundo el mensaje de
la pronta venida de Cristo. Hemos de dar a los hombres la última
invitación a la fiesta del Evangelio, la última invitación a la cena
de bodas del Cordero. En miles de lugares donde no se ha oído el
llamamiento, éste ha de ser oído todavía. Muchos de los que no han
dado el mensaje lo han de proclamar todavía. Vuelvo a dirigirme a
vosotros
jóvenes: ¿No os ha llamado Dios a pregonar este mensaje?
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* * * * *
¿Cuántos de nuestros jóvenes quieren entrar en el servicio de
Dios, no para ser servidos, sino para servir? En tiempos pasados,
había quienes fijaban su mente en un alma tras otra, diciendo: “Señor,
ayúdame a salvar esta alma.” Pero ahora escasean mucho los tales
casos. ¿Cuántos obran como si se diesen cuenta del peligro que
corren los pecadores? ¿Cuántos toman a aquellos a quienes saben
que están en peligro, y los presentan a Dios en oración, suplicándole
que los salve?
El apóstol Pablo pudo decir de la iglesia primitiva: “Y glorifi-
caban a Dios en mí.
¿No nos esforzaremos por vivir de modo tal
que estas mismas palabras se puedan decir de nosotros? El Señor
proveerá medios y recursos para aquellos que lo busquen de todo
corazón. El desea que reconozcamos la dirección divina manifestada
en la preparación de campos de labor y del camino para que estos
campos fuesen ocupados con éxito.
Tengan los ministros y evangelistas más momentos de oración
ferviente con aquellos que se han convencido de la verdad. Recordad
que Cristo está siempre con vosotros. El Señor hará gustoso la más
preciosa demostración de su gracia con el fin de fortalecer y animar
3—O. E.
Gálatas 1:24
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