Página 47 - El otro Poder (1996)

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Palabras de precaución
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ciales para defender la verdad—, que hayan de incitar a nuestros
enemigos contra nosotros y enardecer sus pasiones. Nuestra obra
estará pronto terminada, y pronto nos sobrecogerá el tiempo de
angustia cual no lo hubo nunca antes y del que tenemos poca idea.
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Descalificado por declaraciones descuidadas
—El Señor quie-
re que sus obreros lo representen a él, el gran obrero misionero.
La manifestación de un carácter duro produce siempre daño. Los
atributos esenciales para la vida cristiana deben ser aprendidos dia-
riamente en la escuela de Cristo. El que es negligente y descuidado
al pronunciar o escribir palabras que serán publicadas y propaladas
por el mundo, y profiere expresiones que nunca podrán ser recogidas,
se está descalificando para llevar la responsabilidad que implica la
obra sagrada que incumbe a los discípulos de Cristo en este tiempo.
Los que acostumbran lanzar duras estocadas están formando hábitos
que se fortalecerán con la repetición, y de los cuales tendrán que
arrepentirse.
Debemos examinar cuidadosamente nuestros modales y nuestro
espíritu, y ver de qué manera estamos haciendo la obra que Dios nos
ha dado, una obra que entraña el destino de los seres humanos. Des-
cansa sobre nosotros la más suprema obligación. Satanás está listo,
y arde de celo para inspirar a toda la confederación de sus agentes
y hacer que se unan con los hombres perversos, para imponer a los
creyentes de la verdad presto e intenso sufrimiento. Toda palabra
imprudente pronunciada por nuestros hermanos será atesorada por
el príncipe de las tinieblas.
¿Cómo osan los seres humanos finitos pronunciar palabras des-
cuidadas y atrevidas que incitarán a las potestades del infierno contra
los santos de Dios, cuando Miguel, el arcángel, no se atrevió a pro-
ferir contra Satanás una acusación vilipendiosa, y se contentó con
decir: “Jehová te reprenda”?
Judas 9
.
Nos será imposible evitar las dificultades y los sufrimientos.
Jesús dijo: “Es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel
[62]
hombre por quien viene el tropiezo!”
Mateo 18:7
. Pero no porque
de todos modos haya escándalos debemos excitar el temperamento
natural de los que no aman la verdad, mediante palabras imprudentes
y la manifestación de un espíritu desprovisto de bondad.
La verdad presente sin censura
—La verdad preciosa debe ser
presentada con su fuerza natural. Se han de desenmascarar los erro-