Página 48 - El otro Poder (1996)

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El otro Poder
res que están muy difundidos y tienen cautivo al mundo. Se está
haciendo todo esfuerzo posible para entrampar a los seres humanos
con sutiles razonamientos, para desviarlos de la verdad a las fábulas
y prepararlas para ser engañadas por fuertes seducciones. Pero aun-
que estas personas engañadas se aparten de la verdad, no les hablen
palabras de censura. Traten de mostrarles su peligro, y de revelarles
cuán penosa es para Jesucristo su conducta; pero hagan esto con
ternura compasiva. Trabajando de la debida manera, algunas de las
personas que son entrampadas por Satanás podrán ser arrebatadas
de su poder. Pero no las inculpemos ni las condenemos. Ridiculizar
las ideas de los que están en el error no abrirá sus ojos ciegos ni los
atraerá a la verdad.
Cuando los hombres pierden de vista el ejemplo de Cristo y no
imitan su manera de enseñar, terminan por engreírse y salen a hacer
frente a Satanás con sus propias armas. El enemigo sabe muy bien
cómo volver sus armas contra los que las usan. Jesús dijo únicamente
palabras de pura verdad y justicia.
Si hubo alguna vez un pueblo que necesitaba andar en humildad
delante de Dios, es su iglesia, sus escogidos en esta generación.
Todos necesitamos evitar el embotamiento de nuestras facultades
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intelectuales y la falta de aprecio de nuestros privilegios y oportu-
nidades. No tenemos nada de qué jactarnos. Agraviamos al Señor
Jesucristo por nuestra dureza y expresiones hirientes tan contrarias
al espíritu de Cristo. Necesitamos volvernos completos en él.
Estocadas a los católicos
—Es cierto que se nos ordena: “Cla-
ma a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y
anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”.
Isaías 58:1
. Este mensaje debe ser dado; pero tengamos cuidado de
no herir, lastimar ni condenar a los que no tienen la luz que nosotros
tenemos. No debemos perder la línea y lanzar estocadas duras contra
los católicos. Entre los católicos hay muchos que son cristianos
concienzudos y andan en toda la luz que resplandece sobre ellos; y
Dios obrará en su favor. Los que han tenido grandes privilegios y
oportunidades, pero que dejaron de mejorar sus facultades físicas,
mentales y morales, y vivieron para agradarse a sí mismos, negándo-
se a llevar su responsabilidad, están en mayor peligro y condenación
delante de Dios que los que yerran en puntos de doctrina y tratan