Página 49 - El otro Poder (1996)

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Palabras de precaución
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de vivir para hacer bien a otros. No censuremos a los demás; no los
condenemos.
Si permitimos que consideraciones egoístas, falsos razonamien-
tos y excusas nos induzcan a un perverso estado de la mente y el
corazón, seremos mucho más culpables que el que peca abierta-
mente. Necesitamos ser muy precavidos para no condenar a los
que, delante de Dios, son menos culpables que nosotros.—
Obreros
Evangélicos, 339-344 (1909)
.
Recuerde cada uno que de ninguna manera hemos de invitar la
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persecución. No deberíamos usar palabras ásperas o cortantes. Eli-
minémoslas de todo artículo y discurso. Permitamos que la Palabra
de Dios corte, reprenda. Escóndase el hombre finito y permanezca en
Jesucristo, aparezca el espíritu de Cristo. Cuiden todos sus palabras,
no sea que llevemos a los que no son de nuestra fe a una oposición
mortal hacia nosotros, y le demos a Satanás la oportunidad de usar
palabras imprudentes que estorben nuestro camino.
Habrá un tiempo de angustia cual nunca hubo desde que hay
naciones. Nuestro trabajo es estudiar para arrancar de nuestros dis-
cursos todo lo que tenga sabor a represalias, desafío y ataque a
iglesias o individuos, porque este no es el método ni la manera de
Cristo.—
Testimonies for the Church 9:244 (1909)
.
Consideración hacia los católicos
—Hermanos, me siento he-
rida cuando veo tantas estocadas decididas contra los católicos.
Prediquen la verdad, pero refrenen las palabras que muestran un
espíritu áspero, porque tales palabras no pueden ayudar ni iluminar
a nadie.
Echo
es un periódico que debería circular profusamente. No
hagan nada que estorbe su venta. No hay razón por la cual no ha de
ser una luz que alumbra en lugar oscuro. Pero, por amor de Cristo,
escuchen la advertencia que he dado respecto de hacer declaraciones
violentas acerca de los católicos. Muchos católicos leen
Echo
, y
entre ellos hay personas honestas que aceptarán la verdad. Pero a
veces actuamos como si les cerráramos la puerta en la cara cuando
están a punto de entrar. Pongan más testimonios de alegre gratitud
en
Echo
. No limiten su camino ni le impidan ir a todas partes del
mundo usándolo como medio para presentar expresiones duras. Sa-
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tanás se regocija cuando alguien encuentra una palabra de amargura
en sus páginas.—
Carta 20, 1896
.