Capítulo 10—Razones para orar
La oración ilumina la mente con la verdad
¿Por qué no recibimos más de Aquel que es la Fuente de luz
y poder? Esperamos demasiado poco. ¿Ha perdido Dios su amor
por el hombre? ¿No sigue fluyendo su amor hacia la tierra? ¿Acaso
ha perdido su deseo de mostrarse fuerte en beneficio de su pueblo?
Cristo nos dará la victoria en el conflicto. ¿Quién puede dudar de
esto cuando sabemos que él puso a un lado su manto y corona real, y
vino a este mundo vestido de humanidad, a fin de presentarse como
el sustituto y garantía del hombre?
No evaluamos como debiéramos el poder y la eficacia de la ora-
ción. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.
Romanos 8:26
. Dios desea que vayamos a él en oración para que
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él pueda alumbrar nuestras mentes. Solo él puede darnos una clara
comprensión de la verdad. Él solo puede ablandar y subyugar el
corazón. Puede agudizar el entendimiento para discernir la verdad
del error. Puede afirmar la mente variante y darle un conocimiento
y una fe que soportarán la prueba. Orad, pues; orad sin cesar. El
Señor que oyó la oración de Daniel, oirá la vuestra si os acercáis a
él como Daniel lo hizo.—
The Review and Herald, 24 de marzo de
1904
; parcialmente
En Lugares Celestiales, 75
.
Nos permite conocer al padre y nos une a él
Oh, ¿conocemos a Dios como deberíamos? ¡Qué alivio, qué
gozo tendríamos si aprendiéramos diariamente la lección que él
desea que aprendamos! Debemos conocerlo en forma experimental.
Esto será benéfico para que pasemos más tiempo en oración secreta,
familiarizándonos personalmente con nuestro Padre celestial.—
El
ministerio médico, 133
.
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