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Oración y reavivamiento
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Nunca debemos olvidar las amonestaciones de Cristo: “Velad en
oración”, “Velad... orando en todo tiempo”. Una conexión con el
agente divino es esencial para nuestro progreso en todo momento.
Podemos haber tenido una medida del Espíritu de Dios, pero por la
oración y la fe continuamente hemos de tratar de conseguir más del
Espíritu.—
Testimonios para los Ministros, 516, 517
.
Debemos orar tan fervorosamente por el descenso del Espíritu
Santo como los discípulos oraron el día de Pentecostés. Si ellos lo
necesitaban en aquel tiempo, nosotros lo necesitamos más hoy...
Sin el Espíritu y el poder de Dios será en vano que trabajamos
para presentar la verdad.—
El Colportor Evangélico, 146
.
[147]
Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que
velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu. El poder
de Dios aguarda que ellos lo pidan y lo reciban. Esta bendición
prometida, reclamada por la fe, trae todas las demás bendiciones
en su estela. Se da según las riquezas de la gracia de Cristo, y él
está listo para proporcionarla a toda alma según su capacidad para
recibirla.—
El Deseado de Todas las Gentes, 626
.
Orar por la lluvia tardía
Debemos orar que Dios abra las fuentes de las aguas de vida.
Y nosotros mismos debemos recibir del agua viva. Oremos con
corazón contrito, con el mayor fervor, para que ahora, en el tiempo
de la lluvia tardía, los aguaceros de gracia caigan sobre nosotros. En
toda reunión a que asistamos deben ascender nuestras plegarias para
que en este mismo tiempo Dios imparta calor y humedad a nuestras
almas. Al buscar a Dios para la recepción del Espíritu Santo, este
poder obrará en nosotros mansedumbre, humildad de mente, y una
dependencia consciente de Dios para la lluvia tardía que perfecciona
la obra. Si oramos por la bendición con fe, la recibiremos como Dios
lo ha prometido.—
Testimonios para los Ministros, 518
.
Lo que necesitamos es la influencia vivificante del Espíritu de
Dios. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha di-
cho Jehová de los ejércitos”.
Zacarías 4:6
. Orad sin cesar, y velad,
obrando en armonía con vuestras oraciones. Mientras oráis, creed,
confiad en Dios. Es el tiempo de la lluvia tardía, cuando el Señor