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Hombres y mujeres de oración
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el alma a Dios mediante la oración sincera. Aquellos cuyo corazón
esté abierto para recibir el apoyo y la bendición de Dios, andarán
en una atmósfera más santa que la del mundo y tendrán constante
comunión con el cielo.—
El Camino a Cristo, 99
.
Nehemías oró fervientemente toda la noche
En secreto y silencio, Nehemías completó su gira de inspección
de los muros. Declara: “Y no sabían los magistrados dónde yo había
ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado a los
judíos y sacerdotes, ni a los nobles y magistrados, ni a los demás que
hacían la obra”. En su dolorosa gira no quería él llamar la atención ni
de sus amigos ni de sus adversarios, para no crear ninguna excitación,
y para que no se pusieran en circulación informes que pudieran
derrotar o por lo menos obstaculizar su obra. Nehemías dedicó
el resto de la noche a la oración; por la mañana debía hacer un
esfuerzo ferviente para levantar y unir a sus desalentados y divididos
compatriotas.—
Servicio Cristiano Eficaz, 217
.
El éxito de Nehemías demuestra el poder de la oración
En su obra, Esdras y Nehemías se humillaron delante de Dios,
confesaron sus pecados y los del pueblo, y pidieron perdón como si
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ellos mismos hubiesen sido los culpables. Con paciencia trabajaron,
oraron y sufrieron. Lo que más dificultó su obra no fue la franca
hostilidad de los paganos, sino la oposición secreta de los que se de-
cían sus amigos, quienes, al prestar su influencia al servicio del mal,
multiplicaba por diez la carga de los siervos de Dios. Esos traidores
proveían a los enemigos del Señor material para que guerreasen
contra su pueblo. Sus malas pasiones y voluntades rebeldes estaban
siempre en pugna con los claros requerimientos de Dios.
El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías revela lo que
lograrán la oración, la fe y la acción sabia y enérgica. Nehemías
no era sacerdote ni profeta, ni pretendía título alguno. Fue un re-
formador suscitado para un tiempo importante. Se propuso poner
a su pueblo en armonía con Dios. Inspirado por su gran propósito,
dedicó a lograrlo toda la energía de su ser. Una integridad elevada
e inflexible distinguió sus esfuerzos. Al verse frente al mal y a la
oposición a lo recto, asumió una actitud tan resuelta que el pueblo