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La oración diaria
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deberes del día, y hacer frente a sus tentaciones. Pedidle que os
ayude a poner en vuestra obra la dulzura del carácter de Cristo.
Pedidle que os ayude a pronunciar palabras que inspiren esperanza
y ánimo a los que os rodean, y que os acerquen al Salvador.—
Hijos
e Hijas de Dios, 201
.
Tomen tiempo para comenzar su trabajo con oración cada ma-
ñana. No piensen que esa es una pérdida de tiempo; son momentos
que vivirán durante las edades eternas. De este modo se tendrá éxito
y se obtendrán victorias espirituales. La maquinaria responderá al
toque de la mano del Maestro. Verdaderamente vale la pena solicitar
la bendición de Dios, y el trabajo no puede ser bien hecho a menos
que se comience bien.—
Testimonios para la Iglesia 7:185
.
Hermanos y hermanas, ancianos y jóvenes, cuando tengáis un
momento libre, abrid la Biblia y atesorad en la mente sus preciosas
verdades. Cuando estáis trabajando custodiad vuestra mente, man-
[189]
tenedla firme en Dios, hablad menos y meditad más. Recordad que
“toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta
en el día del juicio”.
Mateo 12:36
. Sean vuestras palabras selectas;
esto cerrará una puerta contra el adversario de las almas. Empezad el
día con oración; trabajad como a la vista de Dios. Sus ángeles están
siempre a vuestro lado, anotando vuestras palabras, vuestra conducta
y la manera en que hacéis vuestro trabajo. Si os apartáis del buen
consejo y elegís como compañeros a aquellos de quienes podéis con
razón sospechar que no tienen inclinación religiosa, aunque profesan
ser cristianos, no tardaréis en llegar a ser como ellos. Os ponéis en
el camino de la tentación, en el campo de batalla de Satanás, y a
menos que estéis constantemente guardados seréis vencidos por sus
designios.—
Consejos sobre la Salud, 413
.
Acuda diariamente al Señor en busca de dirección y guía; depen-
da de Dios para luz y conocimiento. Pida en oración esta instrucción
y luz, hasta que las reciba. De nada le servirá pedir y entonces olvi-
dar lo que ha pedido en oración. Mantenga su atención puesta en su
plegaria. Puede hacer esto mientras esté trabajando con las manos.
Puede decir: Señor, creo; con todo mi corazón creo. Que el po-
der del Espíritu Santo venga sobre mí.—
Fundamentals of Christian
Education, 531
.
En seguir a Cristo, mirando a aquel que es el Autor y Consuma-
dor de su fe, sentirá que está obrando bajo su mirada, que es influido