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La Oración
en día el Señor invita a los que sufren a tener fe en él. La necesidad
del hombre es la oportunidad de Dios.—
Mensajes Selectos 3:338,
339
.
[276]
Todo lo que puede hacerse al orar por los enfermos es importunar
fervientemente a Dios en su favor, y entregar en sus manos el asunto
con perfecta confianza. Si miramos a la iniquidad y la conservamos
en nuestro corazón, el Señor no nos oirá. Él puede hacer lo que
quiere con los suyos.—
Testimonios para la Iglesia 2:134
.
A menudo he tenido el privilegio de orar por los enfermos. Debe-
mos hacer esto mucho más frecuentemente de lo que lo hacemos.—
Mensajes Selectos 3:338
.
Nuestra obra consiste en presentar los enfermos y dolientes a
Cristo en los brazos de nuestra fe... Debemos echar mano de su
promesa, y orar por la manifestación de su poder. La misma esencia
del evangelio es la restauración, y el Salvador quiere que invitemos
a los enfermos, los imposibilitados y los afligidos a echar mano de
su fuerza.—
El Deseado de Todas las Gentes, 764
.
La oración por el enfermo es un asunto demasiado importante
para que se maneje descuidadamente. Creo que debemos llevar todo
al Señor, y darle a conocer todas nuestras debilidades y especificarle
todas nuestras perplejidades.—
El ministerio médico, 19
.
La oración por los enfermos, tan importante y efectiva ahora
como en los tiempos bíblicos
El Médico divino está presente en la pieza del enfermo; oye toda
palabra de las oraciones a él elevadas con la sencillez de la verdadera
fe. Sus discípulos de hoy han de orar por los enfermos tanto como los
discípulos de antaño. Y habrá restablecimientos; porque “la oración
de fe salvará al enfermo”.—
Obreros Evangélicos, 227
.
Dios está tan dispuesto hoy a sanar a los enfermos como cuando
el Espíritu Santo pronunció aquellas palabras por medio del salmista.
Cristo es el mismo Médico compasivo que cuando desempeñaba
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su ministerio terrenal. En él hay bálsamo curativo para toda enfer-
medad, poder restaurador para toda dolencia. Sus discípulos de hoy
deben rogar por los enfermos con tanto empeño como los discípulos
de antaño. Y se realizarán curaciones, pues “la oración de fe salva-
rá al enfermo.” Tenemos el poder del Espíritu Santo y la tranquila