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La oración por los enfermos
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en oración a Jesús, quien es el Poderoso Sanador, seguramente la
recibiremos, si la solicitamos con fe.—
El ministerio médico, 19, 20
.
Elevamos nuestras peticiones humildes por el enfermo y afligido,
quién se acercaba a la muerte. Mientras presentamos el caso ante el
Señor, sentimos la seguridad del amor de Dios, aun en medio de esa
aflicción.—
The Review and Herald, 11 de octubre de 1887
.
Ungimos al niño con aceite y oramos por él, creyendo que el
Señor concedería paz y sosiego a la madre y al niño. Así sucedió.
Cesaron los llantos del niño y los dejamos a los dos en buena salud.—
Testimonios Selectos 1:121
.
El pecador será guiado a Cristo por la atención paciente de los
enfermeros que anticipan sus deseos, que se postran en oración
[275]
y solicitan al gran Médico Misionero que mire con compasión al
doliente, que le haga sentir la influencia suavizadora de su gracia y
que ejercite su poder restaurador.—
El ministerio médico, 251
.
Como enfermeros misioneros que atienden a los enfermos y
alivian la aflicción del pobre, hallarán muchas oportunidades para
orar con ellos, para leerles la Palabra de Dios y hablar del Salvador...
Ellos pueden traer un rayo de esperanza a la vida de los desanimados
y abatidos.—
El ministerio médico, 326
.
Si se ofrecieran más oraciones en nuestros sanatorios por la cura-
ción de los enfermos se vería el poder extraordinario del Sanador ce-
lestial. Muchos más serían fortalecidos y bendecidos, y muchas más
enfermedades agudas serían sanadas.—
Mensajes Selectos 3:338
.
Yo vendría delante del Señor con esta petición: “Señor, nosotros
no podemos leer el corazón de este enfermo, pero tú conoces si es
para el bien de su alma y para la gloria de tu nombre restaurarle la
salud. En tu gran bondad, ten compasión en este caso, y permita que
una acción saludable tenga lugar en su sistema. La obra debe ser
completamente tuya”.—
Healthful Living, 239
.
Que la voz de la oración se escuche en nuestras instituciones en
beneficio de los enfermos, que se coloquen donde puedan colabo-
rar con Aquel que puede salvar el alma y el cuerpo.—
Manuscript
Releases 6:379
.
Antes de que tuviéramos la bendición de poseer instituciones
donde los enfermos pudieran obtener ayuda en su sufrimiento, obte-
níamos éxito en los casos aparentemente más desesperados, usando
tratamientos diligentes y fervientes oraciones con fe en Dios. Hoy