La oración en los últimos días
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Los ángeles malos los rodeaban, oprimiéndolos con tinieblas
para ocultarles la vista de Jesús y para que sus ojos se fijaran en la
oscuridad que los rodeaba, a fin de inducirlos a desconfiar de Dios y
murmurar contra él. Su única salvaguardia consistía en mantener los
ojos alzados al cielo, pues los ángeles de Dios estaban encargados
del pueblo escogido y, mientras que la ponzoñosa atmósfera de los
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malos ángeles circundaba y oprimía a las ansiosas almas, los ángeles
celestiales batían sin cesar las alas para disipar las densas tinieblas.
De cuando en cuando Jesús enviaba un rayo de luz a los que
angustiosamente oraban, para iluminar su rostro y alentar su corazón.
Vi que algunos no participaban en esta obra de acongojada demanda,
sino que se mostraban indiferentes y negligentes, sin cuidarse de
resistir a las tinieblas que los envolvían, y estas los encerraban como
una nube densa. Los ángeles de Dios se apartaron de ellos y acudie-
ron en auxilio de los que anhelosamente oraban. Vi ángeles de Dios
que se apresuraban a auxiliar a cuantos se empeñaban en resistir con
todas sus fuerzas a los ángeles malos y procuraban ayudarse a sí
mismos invocando perseverantemente a Dios. Pero nada hicieron
sus ángeles por quienes no procuraban ayudarse a sí mismos, y los
perdí de vista.—
Primeros Escritos, 269, 270
.
El pueblo de Dios orará y prevalecerá al final como Jacob
Jacob y Esaú representan dos clases: El primero, a los justos, y
el segundo, a los impíos. La angustia que Jacob experimentó cuando
Esaú marchaba contara él con sus cuatrocientos hombres, representa
la angustia que experimentarán los justos cuando se promulgue el
decreto de muerte contra ellos inmediatamente antes de la venida
del Señor. Cuando los impíos se reúnan a su alrededor se llenarán de
angustia, pues, al igual que Jacob, no podrán ver salvación para sus
vidas. El ángel se puso delante del patriarca y este se asió de aquel y
luchó con él toda la noche. Así también los justos, en su momento de
prueba y angustia, lucharán en oración con Dios, como Jacob luchó
con el ángel. El patriarca en su angustia oró toda la noche para verse
libre de la mano de Esaú. Los justos en su angustia mental clamarán
a Dios día y noche para verse libres de la mano de los impíos que
los rodearán.