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La Oración
piraciones, percepciones claras de la verdad y del deber, elevados
propósitos en cuanto a la acción, y una constante hambre y sed de
justicia.—
La Maravillosa Gracia, 317
.
Ahora debemos orar más que antes
Para progresar en la vida espiritual, tenemos que pasar mucho
tiempo en oración. Cuando el mensaje de verdad se proclamó por
primera vez, ¡cuánto se oraba! ¡Cuán a menudo se oía en las cáma-
ras, en el establo, en el huerto o en la arboleda la voz intercesora!
A menudo pasábamos horas enteras en oración, dos o tres juntos
reclamando la promesa; con frecuencia se escuchaba el sonido del
llanto, y luego la voz de agradecimiento y el canto de alabanza.
Hoy está más cerca el día del Señor que cuando primero creímos,
y deberíamos ser más dedicados, más celosos y fervientes que en
aquellos primeros días. Los peligros que encontramos son mayores
que entonces. Las almas están más endurecidas. Ahora necesitamos
ser imbuidos por el espíritu de Cristo, y no deberíamos descansar
hasta no recibirlo.—
Testimonios para la Iglesia 5:151
.
Busquemos al señor con todo el corazón
Nuestras oraciones deben estar llenas de ternura y amor. Cuando
anhelemos sentir de una manera más profunda y más amplia el amor
del Salvador, clamaremos a Dios por más sabiduría. Si alguna vez
hubo necesidad de oraciones y sermones que conmuevan el alma, es
ahora. El fin de todas las cosas está cercano. ¡Ojalá pudiésemos ver
como debiéramos la necesidad de buscar de todo corazón al Señor!
Entonces lo encontraremos. ¡Quiera Dios enseñar a su pueblo a
orar!—
La Maravillosa Gracia, 186, 187
.
[32]
Orar no es tiempo perdido
Tomen tiempo para comenzar su trabajo con oración cada ma-
ñana. No piensen que es una pérdida de tiempo; son momentos que
vivirán durante las edades eternas. De este modo se tendrá éxito
y se obtendrán victorias espirituales. La maquinaria responderá al
toque de la mano del Maestro. Verdaderamente vale la pena soli-
citar la bendición de Dios, y el trabajo no puede ser bien hecho a