Página 53 - La Oraci

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Dios escucha las oraciones
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honrará”.
Juan 14:14
;
12:26
. Si vivimos conforme a su Palabra, se
cumplirán en nuestro favor todas sus promesas. Somos indignos de
su gracia; pero cuando nos entregamos a él, nos recibe. Obrará en
favor de los que le siguen y por medio de ellos.—
El Ministerio de
Curación, 172, 173
.
El Señor ciertamente oirá y contestará las oraciones de sus obre-
ros si estos buscan su consejo y su instrucción.—
El Evangelismo,
292
.
Dios oye las oraciones de todos aquellos que le buscan sincera-
mente. Él posee el poder que todos necesitamos y llena los corazones
de gozo, paz y santidad.—
Testimonios para la Iglesia 9:135
.
Vi que toda oración elevada con fe por un corazón sincero, será
oída y contestada por Dios, y que el suplicante obtendrá la bendición
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cuando más la necesite, y a menudo esta excederá sus expectativas.
No se pierde una sola oración de un verdadero santo, si es elevada
con fe por un corazón sincero.—
Testimonios para la Iglesia 1:117
.
Ninguna oración sincera se pierde
El Dios infinito, dijo Jesús, os da el privilegio de acercaros a él y
llamarlo Padre. Comprended todo lo que implica esto. Ningún padre
de este mundo ha llamado jamás a un hijo errante con el fervor con
el cual nuestro Creador suplica al transgresor. Ningún amante interés
humano siguió al impenitente con tantas tiernas invitaciones. Mora
Dios en cada hogar; oye cada palabra que se pronuncia, escucha
toda oración que se eleva, siente los pesares y los desengaños de
cada alma, ve el trato que recibe cada padre, madre, hermana, amigo
y vecino. Cuida de nuestras necesidades, y para satisfacerlas, su
amor y misericordia fluyen continuamente.—
El Discurso Maestro
de Jesucristo, 90, 91
.
La Biblia nos muestra a Dios en un lugar alto y santo, no en
un estado de inactividad, ni en silencio y soledad, sino rodeado por
diez mil veces diez millares y millares de millares de seres santos,
todos dispuestos a hacer su voluntad. Por conductos que no podemos
discernir está en activa comunicación con cada parte de su dominio.
Pero es en el grano de arena de este mundo, en las almas por cuya
salvación dio a su Hijo unigénito, donde su interés y el interés de
todo el cielo se concentran. Dios se inclina desde su trono para