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La oración y la ganancia de almas
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Orar por las almas nos acerca a Dios
Al procurar ganar a otros para Cristo, llevando la preocupación
por las almas en nuestras oraciones, nuestros propios corazones
palpitarán bajo la vivificante influencia de la gracia de Dios; nuestros
propios afectos resplandecerán con más divino fervor; nuestra vida
cristiana toda será más real, más ferviente, más llena de oración.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 289
.
Cuando muera el yo, se despertará un deseo intenso por la salva-
ción de otros, un deseo que llevará a esfuerzos perseverantes para
el bien. Se sembrará junto a todas las aguas; y súplicas fervientes,
oraciones importunas, entrarán al cielo a favor de las almas que
perecen.—
The Review and Herald, 22 de julio de 1884
.
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Es necesario que nos reunamos para orar por la conversión de
las almas
Si en algún lugar hay solamente dos o tres que conocen la verdad,
organícense en un grupo de obreros. Mantengan íntegro su vínculo
de unión, cerrando sus filas por el amor y la unidad, estimulándose
unos a otros para progresar y adquiriendo cada uno valor, fortaleza
y ayuda de los demás... Mientras trabajen y oren en el nombre de
Cristo, aumentará su número.—
Testimonios para la Iglesia 7:24
.
“Tenga la iglesia de Los Ángeles diariamente reuniones especia-
les de oración a favor de la obra que se está realizando. La bendición
del Señor descenderá sobre los miembros de la iglesia que participan
en la obra, y cada día se reúnen en pequeños grupos para orar por
su éxito. En esta forma los creyentes obtendrán gracia para ellos
mismos, y la obra del Señor será impulsada hacia adelante”.—
El
Evangelismo, 86
.
Deberíamos celebrar convocaciones para la oración, pidiendo al
Señor que abra el camino para que la verdad entre en las fortificacio-
nes donde Satanás ha instalado su trono, y disipe la sombra que ha
echado sobre el camino de las personas que está tratando de engañar
y destruir.—
En Lugares Celestiales, 93
.
¡Oh, si se pudiera escuchar por todas partes la ferviente oración
de fe: Dame las almas sepultadas ahora debajo de la basura del error,