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La oración y la ganancia de almas
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entregado a Jesús y reconocido los méritos de su amor perdonador.
Todas se convirtieron a Dios.—
Testimonios para la Iglesia 1:38
.
[53]
La oración por las almas quita de la mente las preocupaciones
por las cosas sin importancia
Pedid oración por las almas por quienes trabajáis; presentadlas
delante de la iglesia como objetivos por los cuales suplicar. Esto
será precisamente lo que la iglesia necesita para que sus miembros
desvíen la mente de las cosas pequeñas y sus dificultades insignifi-
cantes para sentir una gran carga, un interés personal por un alma
que casi perece.—
El ministerio médico, 323
.
Oremos por una mayor eficiencia en la ganancia de almas
¡Oh, hermanos míos, ojala se vea que Jesús mora en vuestros
corazones, para sosteneros, fortaleceros y consolaros! Tenéis el pri-
vilegio de recibir cada día una rica porción de su Santo Espíritu, y de
tener una perspectiva más amplia de la importancia y el alcance del
mensaje que estamos proclamando al mundo. El Señor está dispues-
to a revelaros las maravillas de su ley. Esperad ante él con humildad
de corazón. Orad con todo fervor para comprender los tiempos en
que vivimos, para entender más plenamente su propósito, y para ser
más eficientes en la salvación de las almas.—
Testimonios para los
Ministros, 513, 514
.
Hay muchas almas que albergan anhelos indecibles de luz, de
seguridad y fuerza, más allá de lo que les ha sido posible compren-
der. Necesitan que se las busque y se trabaje por ellas, con paciencia
y perseverancia. Buscad al Señor con fervorosa oración por ayu-
da. Presentad a Jesús porque lo conocéis como a vuestro Salvador
personal. Fluya de los labios humanos su amor subyugador, su rica
gracia. No necesitáis presentar puntos doctrinales a menos que se os
pregunte. Mas tomad la Palabra y con amor tierno y anheloso por
las almas, mostradles la preciosa justicia de Cristo, a quien vosotros
y ellos deben acudir para ser salvos.—
El Evangelismo, 324
.
Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad
para encontrarse con los hombres, y en su trato diario hablar pala-
[54]
bras que pudieran guiar a los pecadores a Cristo. Poniendo aparte