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La Oración
que ya poseemos, se manifestará cuando más lo necesitemos.—
La
Educación, 257, 258
.
Nuestras oraciones no son órdenes a Dios
—Sabemos que él
nos oye si pedimos de acuerdo con su voluntad. Nuestras peticiones
no deben cobrar forma de órdenes, sino de una intercesión para que
él haga las cosas que deseamos que haga.—
Testimonios para la
Iglesia 2:135
.
Las oraciones no siempre son respondidas inmediatamen-
te
—Dios tiene un cielo lleno de bendiciones para los que cooperen
con él. Todos los que le obedezcan pueden con confianza reclamar
el cumplimiento de sus promesas.
Pero debemos mostrar una confianza firme y sin rodeos en Dios.
A menudo él tarda en contestarnos para probar nuestra fe o la since-
ridad de nuestra deseo. Al pedir de acuerdo con su Palabra, debemos
creer su promesa y presentar nuestras peticiones con una determi-
nación que no será denegada.—
Palabras de Vida del Gran Maestro,
111
.
Cuando los que conocen la verdad practiquen la abnegación
ordenada en la Palabra de Dios, el mensaje avanzará con poder. El
Señor oirá nuestras oraciones en favor de la conversión de las almas.
El pueblo de Dios hará brillar su luz, y los incrédulos, al ver sus
buenas obras, glorificarán a nuestro Padre celestial.—
Mensajes para
los Jóvenes, 313
.
El hecho de que Cristo se haya demorado dos días después de
oír que Lázaro estaba enfermo, no era un descuido o negación de su
parte. Era su propósito permanecer donde estaba hasta que la muerte
de Lázaro ocurriera, para así poder dar al pueblo una evidencia de
su divinidad, no en sólo restaurar a un hombre moribundo, sino en
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resucitar a la vida a un hombre que había sido ya sepultado.
Esto debiera darnos ánimo. A veces somos tentados a pensar
que la promesa: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y
se os abrirá”, no se ha cumplido a menos que la respuesta llegue
inmediatamente al hacerse la petición. Es nuestro privilegio pedir
bendiciones especiales, y creer que nos serán concedidas. Pero si la
bendición que hemos pedido no se nos concede de inmediato, no
debemos creer que nuestras oraciones no fueron oídas. Recibiremos,
aun si la respuesta es demorada por un tiempo. En cumplir el plan
de la redención, Cristo ve bastante en la humanidad como para des-