Página 107 - La Oraci

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Oraciones respondidas
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es mudable como las olas del mar. Debemos atarnos al altar con las
fuertes cuerdas de la fe y el amor, y dejar que la paciencia realice su
obra perfecta. La fe se fortalece mediante el ejercicio continuo. Esta
espera no significa que por haberle pedido al Señor que sane, no hay
nada que nosotros podamos hacer. Todo lo contrario, debemos hacer
lo mejor posible para utilizar los recursos que el Señor ha provisto
en su bondad para satisfacer nuestras necesidades.—
Consejos Sobre
la Salud, 377, 378
.
[113]
Pidamos con insistencia, aun cuando la respuesta no llegue
En algunos casos las respuestas a nuestras oraciones vienen de
inmediato. Pero otras veces tenemos que esperar pacientemente y
continuar rogando por las cosas que necesitamos; aquí se aplica
como ilustración el caso del solicitante importuno que buscaba pan.
“¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le
dice: amigo, préstame tres panes?” Esta lección significa más de lo
que podemos imaginar. Debemos perseverar en nuestras peticiones,
aunque no obtengamos respuesta inmediata a nuestras oraciones.
“Yo os digo: pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis; llamad, y se os
abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y
al que llama, se le abrirá”.
Lucas 1:9-10
.
Necesitamos gracia, necesitamos iluminación divina, para que
por medio del Espíritu sepamos pedir las cosas que necesitamos. Si
nuestras peticiones son dictadas por el Señor, serán contestadas.—
Consejos Sobre la Salud, 377
.
Respuestas demoradas para revelar nuestro egoísmo
—El
que bendijo al noble en Capernaúm siente hoy tantos deseos de
bendecirnos a nosotros. Pero como el padre afligido, somos con
frecuencia inducidos a buscar a Jesús por el deseo de algún beneficio
terrenal; y hacemos depender nuestra confianza en su amor de que
nos sea otorgado lo pedido. El Salvador anhela darnos una bendición
mayor que la que solicitamos; y dilata la respuesta a nuestra peti-
ción a fin de poder mostrarnos el mal que hay en nuestro corazón y
nuestra profunda necesidad de su gracia. Desea que renunciemos al
egoísmo que nos induce a buscarle. Confesando nuestra impotencia
y acerba necesidad, debemos confiarnos completamente a su amor.
El noble quería ver el cumplimiento de su oración antes de creer;
pero tuvo que aceptar el aserto de Jesús de que su petición había
sido oída, y el beneficio otorgado. También nosotros tenemos que